
El inversor en bonos verdes globales se deja un 1,9% en lo que llevamos de año. Esa es la caída que experimenta el Bloomberg Barclays MSCI Global Green Bond Index, representativo de una cesta global de bonos verdes, en 2021.
El descenso que ha experimentado, por precio, este tipo de activos de renta fija, supera al de cualquiera de las principales categorías que recoge Bloomberg: el índice de deuda más bajista sería el Bloomberg Barclays Global Aggregate Treasuries, representativo de una cesta de bonos soberanos globales, que pierde un 1,7% desde que arrancó 2021.
No es que el inversor en deuda verde tienda a entrar y salir de este activo (al contrario, suele permanecer en él a vencimiento, lo que permite que este tipo de inversiones sean más estables y menos volátiles); pero esta caída del precio, que en parte tiene que ver con el efecto divisa, contrasta con la subida que experimentan en este comienzo de año índices bursátiles como el MSCI World, que se anota ya un 1,6%, o el S&P 500, que sube un 1,9% (con datos a media sesión de este miércoles).
Respecto a las rentabilidades esperadas, esa cesta de bonos verdes ofrece un tímido 0,4%, muy lejos de los retornos que permiten atrapar las categorías más rentables, como el high yield global (que ofrece un 4,5%), el high yield estadounidense (en torno a un 4,2%) o la deuda emergente en dólares (un 3,6%, aproximadamente).
Iberdrola y Caixa abren 2021
España fue, en 2020, el quinto país de Europa y el noveno del mundo en emisión de bonos verdes, de acuerdo con los datos de la Climate Bonds Initiative (CBI). Las empresas y organismos públicos españoles colocaron 9.123 millones de euros de deuda climática, según recoge el Observatorio Español de la Financiación Sostenible (Ofiso).
Este tipo de subastas ya han arrancado este año en España: Iberdrola emitió este martes el bono verde híbrido más grande de la historia, por 2.000 millones y, el mismo día, CaixaBank colocaba su segundo bono verde, por 1.000 millones.