
El optimismo que se respira en las bolsas, ante la expectativa de que los efectos de las campañas de vacunación se empiecen a notar en la economía en la segunda mitad del año, provoca ya que una cartera agresiva gane, en un solo mes, casi un tercio de la rentabilidad esperada para todo el año. En concreto, los fondos mixtos de este tipo, que invierten el grueso en bolsa, obtienen ya un 1,41% hasta el 18 de enero, según datos de Morningstar -lo que significa que no recoge la subida de Wall Street del miércoles, por ejemplo, que volvió a dibujar otro máximo histórico coincidiendo con la investidura de Joe Biden-. Es prácticamente una tercera parte del rendimiento esperado de la bolsa, que se acota al 4,9%.
Para calcular esta estimación se ha tenido en cuenta el multiplicador de beneficios que se paga hoy por entrar en la renta variable europea (representada por el Stoxx 600) y lo que se exige por comprar la americana (con el S&P 500 como referencia), ya que el PER permite hacer un cálculo sencillo sobre cuál sería el retorno anual de un inversor en un índice.
Partiendo de la idea de que alguien que invirtiera 100 euros en el Stoxx 600 tardaría 18,18 años en recuperar su dinero (es decir, en generar otros 100), puede deducirse que el índice ofrece una rentabilidad anual del 5,5%. Si se aplica la misma fórmula al S&P 500, la expectativa de rentabilidad anual para el mercado americano se encuentra en el 4,3%. Y la media de las dos arroja ese 4,9%.
Con unas valoraciones de las bolsas cada vez más ajustadas, la continuidad de las subidas se fía a la recuperación de los beneficios: "Se espera que aumenten al menos un 20% este año", dicen en Robeco. "Dada la actual situación de las valoraciones en renta variable (elevadas en términos absolutos pero atractivas en comparación con otras clases de activos), el crecimiento de los beneficios será el principal motor de rentabilidad para las acciones", describen en esta gestora.
"Las valoraciones actuales no justifican los precios a los que cotiza el mercado", opina Jacobo Blanquer, consejero delegado de Tressis Gestión, "pero hay motivos para que la bolsa esté así: las expectativas de una fuerte recuperación en la segunda mitad del año, muchísima liquidez, el apoyo de los bancos centrales, que va a seguir, y las medidas fiscales de los gobiernos. Con todo ello, veo difícil que la bolsa experimente una fuerte corrección en el corto plazo, salvo acontecimiento inesperado".
Por el momento, las rentabilidades de los bonos tampoco son competencia para la renta variable, a pesar de que solo la expectativa de que este año la inflación sea más alta ha sido suficiente para elevar el interés del americano a 10 años por encima del 1%. "Si los bancos centrales mantienen su discurso actual de política monetaria agresiva aun cuando la inflación se mantenga por encima de objetivos, la TIR de los bonos se mantendrá en zona de mínimos históricos", señalan en Unicorp. "Esta es quizás la verdadera clave para mantener la inercia alcista actual de los activos de riesgo", añaden.
Un 0,87%, con suerte
Como sucede en las carteras más agresivas, el inversor conservador también gana ya prácticamente una tercera parte de lo que se espera que rinda una cartera diversificada de renta fija global. Después del inédito 2020, cuando la deuda ofreció importantes ganancias contra todo pronóstico, una vez más, en 2021 solo aquella con alta probabilidad de impago y la deuda China escapan de las pérdidas en este arranque de año, según los índices de Bloomberg y Barclays. Sin embargo, las carteras más conservadoras resisten en positivo, con ganancias medias del 0,38%.
El máximo que aspiran a ganar estos perfiles, si se tiene en cuenta la expectativa de rentabilidad de una cesta con bonos de todo el mundo con grado de inversión, es un 0,87% frente al 1,61% que llegó a alcanzar en marzo.