
La transición energética para la sociedad es el batiburrillo para que todo el mundo quiera subirse al carro por el lado que sea. En las últimas semanas, dos consejeros delegados de compañías industriales cotizadas me han reconocido que tienen preparadas las máquinas de sus fábricas para cambiar de gas natural a hidrógeno, que va por el mismo tubo que sirve Enagás.
Luego si ese hidrógeno es verde o azul -electrólisis con energías limpias o sucias-, que se lo pregunten al maestro armero.
Las cifras que van a poner en sus respectivos planes estratégicos Iberdrola (75.000 millones hasta 2025, con una inversión verde un 32% mayor que la de las seis grandes petroleras europeas juntas) o Enel (40.000 millones de euros entre 2021-23) hace perder la cabeza porque lleva el adjetivo de sostenible grabado en letras grandes de oro.
Engie ofrece la estabilidad de una retribución por dividendo cercana al 6% para los próximos años, susceptible de mejorar por la potente escalada de beneficios prevista
Pero aunque ambas eléctricas, por su decidida apuesta por las renovables, han formado y forman parte del libro de cabecera de las ideas de inversión de elEconomista -Iberdrola en el Eco10 Stoxx y Enel, en el Eco30 Stoxx-, tienen a Engie todavía por delante si hablamos en verde en el total de su cuenta de resultados.
En la francesa, fruto de la fusión de Suez y Gaz de France que dio lugar a la mayor empresa del mundo de gas natural licuado, hoy casi una cuarta parte de sus ingresos proceden de las energías renovables, mientras que en Iberdola y Enel este porcentaje roza el 12%.
Engie se ha centrado en el desarrollo de energías renovables (hidroeléctrica, solar, eólica, biomasa) y ha invertido en tecnologías avanzadas (eólica marina, biogás, hidrógeno).
"Engie nunca se ha planteado la pregunta como alternativa entre energía solar o eólica, o entre biometano o hidrógeno verde. Todas las energías renovables tienen cabida, a medida que se acelera el paso hacia la neutralidad en carbono, por lo que, desde el principio, Engie ha apostado por un mix energético basado en la diversidad y la complementariedad de las fuentes de energía", asegura Gwenaëlle Avice-Hue, vicepresidenta ejecutiva de Engie y responsable del negocio global de renovables.
En 2030, el 58% de las capacidades de producción del Grupo Engie provendrá de energías renovables. Como primer paso, la compañía gala tiene como objetivo alcanzar 33 GW de capacidad instalada en renovables en todo el mundo para 2021, solo en tres años; entre 2016 y 2019, duplicó su capacidad instalada en energía solar y eólica.
Con esta carta de presentación, Engie ofrece la estabilidad de una retribución por dividendo cercana al 6% para los próximos años, susceptible de mejorar por la potente escalada de beneficios prevista. Los 1.700 de ganancias de 2020 hay que esperar que se dupliquen en 2024. Ni Enel ni Iberdrola generan semejantes expectativas.