Como estaba previsto y con la resaca electoral todavía en pleno apogeo, la Reserva Federal no movió ficha al termino de su reunión de dos días que culminó el jueves. El Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) votó a favor de mantener los tipos de interés intactos entre el 0% y el 0,25%, en un momento en que la pandemia se mantiene como el factor antagonista de la recuperación.
"El camino de la economía dependerá significativamente del curso que tome el virus. La actual crisis de salud pública seguirá afectando la actividad económica, el empleo y la inflación a corto plazo, y plantea riesgos considerables para las perspectivas económicas a medio plazo", rezó el comunicado.
En el mismo se destacó cómo la actividad y el empleo en general a este lado del Atlántico se mantienen todavía muy por debajo de sus niveles a principios de año. En este sentido el FOMC señaló que ambos "siguen recuperándose", alejándose así del mensaje anterior, donde indicó que la actividad y el empleo "repuntaban".
Este tímido cambio estaría justificado y comulga con las proyecciones que indican que es probable que el crecimiento del PIB en el cuarto trimestre sea significativamente menor a la expansión sin precedentes del tercer trimestre.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo durante su rueda de prensa que el ritmo de mejora en el mercado laboral "se ha moderado" e insistió en que no deben perderse de vista "los millones de estadounidenses que todavía están desempleados". También se mostró "preocupado" por el aumento de casos por Covid-19, que en los últimos días superan un récord de 100.000 infecciones diarias.
De esta forma, Powell y el resto de los nueve altos funcionarios con potestad de voto dentro del Comité que dicta la política monetaria del país mostraron su compromiso en mantener el precio del dinero en los niveles actuales hasta que se recupere el pleno empleo máximo y la inflación alcance el 2% o esté en camino de superar moderadamente dicho nivel durante algún tiempo.
Su postura en lo que a la inflación se refiere, fruto de su revisión de política monetaria, podría comenzar a generar algo de nerviosismo en el mercado en la primera mitad del próximo año.
Según explica Andrew Hollenhorst, economista de Citi, en la primavera de 2021 es probable que la inflación sobre el consumo personal subyacente (PCE) comience a superar el 2% interanual como consecuencia de los efectos base.
"Los riesgos para las previsiones de crecimiento de la Fed continúan al alza. Esto puede llevar al mercado a comenzar a valorar al menos la posibilidad de subidas de tipos más tempranas o compras de activos menos acomodaticias", aclara.
De momento, Powell y sus chicos seguirán aumentando sus tenencias de bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas "al menos al ritmo actual" para mantener el buen funcionamiento del mercado y ayudar a fomentar condiciones financieras acomodaticias, respaldando así el flujo de crédito a hogares y empresas.
No obstante existe un consenso en el seno de la Fed sobre la necesidad de un mayor estímulo fiscal para respaldar una rápida recuperación, especialmente en el mercado laboral.
A día de hoy, los funcionarios del banco central continúan trabajando en una hoja de ruta para vincular el futuro del programa de su compra de activos, que ha engordado su balance hasta los 7,14 billones de dólares, a los resultados económicos, pero cualquier tipo de detalle tendrá que esperar a próximas reuniones. Hasta entonces, Powell especificó que el banco central engulle mensualmente 80.000 millones de dólares en bonos del Tesoro y 40.000 millones de dólares en activos respaldados por hipotecas.
"Sospechamos que los funcionarios de la Fed estan preocupados por el desvanecimiento de las perspectivas sobre un estímulo fiscal a gran escala pero podrán consolarse un poco con la caída asociada en los rendimientos de los bonos del Tesoro a largo plazo. Por ahora, la Fed se mantendrá firme con sus medidas", reconoció Paul Ashworth, economista de Capital Economics, en una nota a sus clientes.
El presidente de la Fed puso de manifiesto como será necesario una mayor inyección directa de ayudas fiscales que, según su parecer, "supuso una diferencia crítica" para las familias y empresas al referirse a los estímulos aprobados hasta el pasado 27 de marzo.