Los inversores norteamericanos han aprovechado la revalorización de la bolsa de Estados Unidos después del batacazo del 'Covidcrash' para recoger beneficios y refugiarse en masa en activos de renta fija, a la espera de que las elecciones de Estados Unidos despejen la incertidumbre de los mercados. De esta forma, a pesar de que el S&P 500 sube un 6,3% en el año y el Nasdaq se revaloriza un 28% –frente a los retrocesos del 15% que acumula el EuroStoxx 50 o la caída del 23% del Ftse–, los inversores norteamericanos ya han retirado de los fondos de bolsa estadounidense 220.600 millones de dólares en 2020, según Morningstar, con datos hasta septiembre.
Esta cifra cuadruplica los reembolsos netos sufridos por esta categoría el año pasado y se convierte en un nuevo récord, superando los 169.000 millones de 2018 y los 157.000 millones de 2008. En septiembre, los reembolsos netos solo fueron de 21.000 millones, frenados por las caídas de la bolsa norteamericana, pero en los meses de verano llegaron a ser de 119.000 millones de dólares. Y los pocos inversores que confiaron en una continuidad del 'rally' optaron por hacerlo de forma indexada, como muestran los datos del mes pasado, donde los fondos activos vieron salir 26.000 millones de dólares y los fondos pasivos captaron poco más de 5.000 millones netos.
Los inversores no han tenido piedad ni siquiera con los fondos más rentables. Según el Morningstar Style Box, los productos con una estrategia de crecimiento fueron los que mejor se comportaron durante el tercer trimestre, pero también sufrieron reembolsos, por valor de 12.100 millones de dólares, la peor cifra desde enero de 2017, cuando perdieron 13.000 millones.
En Europa, los inversores también han buscado refugio en las categorías más conservadoras, como los fondos monetarios, sobre todo, y los de renta fija, que acumulan en el año alrededor de 200.000 millones de euros en captaciones netas, mientras que los fondos de renta variable solo han atraído 5.500 millones, según datos de Efama, la asociación europea del sector. Pero ese trasvase de dinero se ha realizado con minusvalías de los productos.
La disparidad de flujos netos en el año entre productos gestionados de forma activa y los pasivos también ha alcanzado un nuevo récord en Estados Unidos. Mientras los fondos supuestamente activos, tanto de renta variable como de renta fija, han sufrido reembolsos netos por valor de 317.000 millones de dólares –la peor cifra de salida de dinero nunca alcanzada en toda la serie histórica desde 1993–, los ETFs han conseguido acumular 313.000 millones, con datos hasta el mes de septiembre de Morningstar.
Menores costes
Los menores costes de la gestión pasiva y el gran impulso que han dado las grandes gestoras a este segmento para ganar cuota de mercado, rebajando el precio de sus productos en un entorno muy competitivo para las firmas, explican este trasvase de dinero. Pero hay otro factor igualmente importante, como son los conocimientos financieros de los norteamericanos, superiores a la media de los europeos, aunque solo sea porque deben buscar un plan de pensiones para su jubilación, evento al que suelen dedicar más de un tercio de su ahorro financiero.
La cultura del asesoramiento patrimonial también está más extendida y nuevas plataformas de trading como Robinhood, que no aplican comisiones, han servido para atraer a la generación de los millenials a los valores de mayor crecimiento sin preocuparse de una visión de más largo plazo ni discernir otros criterios.
Según datos del Investment Company Institute, la asociación norteamericana de las firmas de inversión, el patrimonio gestionado por los ETFs en Estados Unidos alcanzó en agosto casi los 5 billones de dólares, con un crecimiento del 23%, de los que 2,28 billones están invertidos en renta variable norteamericana y 770.000 millones en activos de renta fija.
Si los inversores han decidido que la mejor forma de anclarse a la subida de la bolsa es hacerlo de forma indexada en los últimos años, los datos de Morningstar muestran el comportamiento contrario con los fondos de renta fija, donde resulta más complicado encontrar productos pasivos igual de eficientes que los de bolsa. Así, los fondos activos de esta categoría han acumulado 202.000 millones de dólares de suscripciones netas en los meses de verano, volumen similar al que captaron en el segundo trimestre.
En septiembre, con las correcciones de la bolsa americana, los inversores continuaron traspasando dinero a fondos de deuda, con 39.000 millones de dólares. Los fondos de high yield y los de bonos flotantes fueron los únicos que vieron salir dinero –ante el mensaje de la Reserva Federal de que los tipos de interés se mantendrían bajos por mucho tiempo–, aunque en cantidades más modestas: de 6.500 millones en el caso de los primeros y de 1.300 millones en el caso de los segundos.