
Con las negociaciones en Bruselas de fondo, los inversores se lanzaron el lunes a comprar deuda periférica. La rentabilidad del bono italiano retrocedió en casi 9 puntos básicos, hasta el 1,08%. Mientras, la deuda española marcaba un nuevo mínimo desde marzo, cayendo en 5 puntos básicos, hasta el 0,35%.
Así las cosas, la prima de riesgo también marca nuevos mínimos en los 83 puntos básicos, frente a los 154 puntos básicos que alcanzaba hace apenas 3 meses. Algunos analistas ya habían advertido de que un acuerdo definitivo sobre el fondo de recuperación de la UE podría suponer un impulso a la deuda periférica y ante los progresos vistos antes del cierre de la sesión los inversores se mostraron optimistas con la deuda española. En este sentido, en Raiffeisern Research creen que un acuerdo en Bruselas podría provocar que el diferencial de la deuda periférica con la alemana pueda caer hasta los mínimos anteriores al estallido de la crisis del Covid-19.

"En Europa, aunque la duración no debería ser un motor en el comportamiento a partir de ahora, ha habido una mayor solidaridad por parte del BCE y otros países comparado con la crisis del euro. La evolución de las respuestas políticas en la crisis del coronavirus se ha mostrado como un gran apoyo para los bonos periféricos, especialmente por el cambio en la política fiscal y monetaria y por la magnitud de estas. En las valoraciones actuales, todavía consideramos comprar bonos periféricos, incluyendo Italia y Grecia, que continúan ofreciendo valor a la luz del desarrollo de los acontecimientos", indica Eliezer Ben Zimra, gestor de fondos de Carmignac.
Desde los máximos de 2020, la rentabilidad de la deuda española se ha comprimido en 85 puntos básicos y en lo que va de año ha caído en 11 puntos básicos. Eso sí, todavía habría margen hasta llegar a los mínimos del año, en el 0,176%. Mientras, el rally del bono transalpino todavía es más notable, pasando del 2,43%, frente al 1,08% actual.
El gran apoyo de la deuda periférica ha sido el Banco Central Europeo. Si en un primer momento las palabras de Christine Lagarde provocaron un terremoto al incidir en que la entidad no estaba para "reducir las primas de riesgo", sin embargo, posteriormente rectificó y, de hecho, el ritmo de compra de activos del BCE ha alcanzado un ritmo nunca visto.