
Casi cinco meses después, los fondos soberanos están empleando sus reservas para aprovechar la "oportunidad de compra sin precedentes" que ofrece la pandemia. Así se desprende del 8º Estudio Anual de Gestión de Activos Soberanos Globales que publica Invesco.
El estudio, que cuenta con la opinión de 139 directores y responsables de inversión y jefes de estrategia de 83 fondos soberanos y 56 bancos centrales, revela que muchos fondos soberanos estaban bien preparados para la crisis del coronavirus. Como custodios de capital a largo plazo, la mayor parte también se han beneficiado de que no se han visto obligados a vender para poder atender los reembolsos.
Sólo el 22% de los inversores soberanos pretenden aumentar sus asignaciones a renta variable a lo largo de los próximos 12 meses
Asimismo, estos fondos estaban mejor preparados debido a los cambios que habían implementado y las lecciones que aprendieron de la crisis financiera global. Y entre estos cambios están construir grandes reservas de efectivo e introducir mejoras de la organización para gestionar la liquidez.
Perspectivas: renta fija, infraestructuras y oro
Según los datos de Invesco, el 37% de los inversores soberanos intentan reducir las asignaciones a renta variable, y la mitad de ellos las reducen en más del 5%. Sólo el 22% de los inversores soberanos pretenden aumentar sus asignaciones a renta variable a lo largo de los próximos 12 meses, y los que planean aumentarla, procederán con cautela.
De esta forma, a lo largo de los próximos 12 meses los soberanos planean seguir invirtiendo en renta fija; el 43% pretenden aumentar sus asignaciones a renta fija, el 43% a capital riesgo e infraestructuras y el 38% a activos inmobiliarios.
Poniendo estas cifras en contexto, antes de que el Covid-19 sacudiera los mercados, las asignaciones medias a renta variable de los fondos soberanos a finales de 2019 estaban en su nivel más bajo desde 2013, tanto en relación con la renta fija como tomándolo como proporción general de la asignación de activos: el 26% (renta variable) frente al 34% (renta fija).
"Tradicionalmente, la renta fija se ha considerado como un ancla defensiva, y esto se puso a prueba en la crisis, cuando hasta la deuda gubernamental de EEUU sufrió una oleada de ventas mientras los inversores se abalanzaban sobre el efectivo. Sin embargo, las intervenciones institucionales, incluyendo los recortes de tipos y la expansión cuantitativa global, obligaron a bajar las rentabilidades y tuvieron una repercusión positiva sobre muchas carteras de renta fija" según Rod Ringrow, responsable de instituciones oficiales de Invesco.
Ringrow (Invesco): Las intervenciones institucionales, obligaron a bajar las rentabilidades y tuvieron una repercusión positiva sobre muchas carteras de renta fija"
La crisis sanitaria también ha acelerado la tendencia ya existente hacia los proyectos de infraestructuras a base de crear oportunidades por potenciales distorsiones. Algunos expertos consideran la situación actual como una oportunidad para aprovechar las ventas en ciertos subsectores, como los aeropuertos. Dentro de la clase de activos de infraestructuras, los fondos soberanos informan de que hay más interés en la generación y transmisión de electricidad (54%) y las comunicaciones (52%).
Por otra parte, el estudio también destaca el interés por el oro de bancos centrales y un importante grupo de fondos soberanos. Tanto es así que, de media, el 4,8% de las carteras de reserva de los bancos centrales están ahora invertidas en la materia prima, desde el 4,2% de 2019, y casi la mitad, el 48%, de las que han aumentado su asignación lo han hecho con la intención de que sustituya a la deuda de rentabilidad negativa.