Los fondos soberanos son fondos de inversión gubernamentales, desarrollados principalmente en los países emergentes, alimentados por el ahorro público y destinados a gestionar los activos de los Estados en el extranjero.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se pronunció el martes a favor de la creación en Europa de esos fondos que, coordinados, permitirían "aportar una respuesta industrial a la crisis" económica.
Los fondos soberanos son creados por Gobiernos de países que disponen de un exceso de ahorro debido a sus importantes recursos petroleros (como en Oriente Medio, Rusia, Noruega o Venezuela), excedentes presupuestarios (Singapur) o reservas de divisas de los bancos centrales (China).
Esos fondos gestionan activos cuyo monto total es difícil de establecer, ya que los Estados dan pocos datos al respecto.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), su valor asciende a entre 1,9 y 2,8 billones de dólares y podrían alcanzar los 12 billones de dólares en 2012. La Conferencia de la ONU para el Comercio y el Desarrollo (CNUCED) cifra esos activos en unos 5 billones de dólares.
Aunque ciertos fondos fueron constituidos hace varias décadas para amortiguar las vicisitudes de los precios de las materias primas, desarrollar las infraestructuras o financiar las jubilaciones, el término 'Sovereign Wealth Funds' (SWFs, fondos de patrimonio soberano) no apareció hasta 2006.
Esas instituciones se hicieron famosas en 2007 con la crisis de los créditos hipotecarios de riesgo ('subprime'): cuando varios bancos internacionales anunciaron depreciaciones récord, fondos chinos (CIC), de Singapur (Temasek, GIC) y de Abu Dhabi (Adia) acudieron a su rescate, recapitalizándolos masivamente.
Entre mayo de 2007 y febrero de 2008, los fondos soberanos invirtieron más de 52.000 millones de dólares en los sectores financieros en dificultades de Estados Unidos y Europa, según el economista francés Benoît Coeuré.
También están presentes en el capital de varios grandes grupos, como el petrolero Total en Francia.
El número de fusiones y adquisiciones internacionales en las que participaron pasó de una en 1987 a 30 en 2007, según la CNUCED.
Sin embargo, el aumento de la influencia de los fondos soberanos preocupa a los países occidentales, que lamentan su falta de transparencia y temen que sus inversiones se basen más en criterios políticos que económicos.
Por esta razón, el FMI elaboró recientemente un código de conducta incitando a respetar las reglas de buen gobierno.