Son, sin discusión, las grandes ganadoras de la crisis del coronavirus. Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Alphabet (matriz de Google) -reunidas bajo el acrónimo FAANG- capitalizan hoy un 40% más que el EuroStoxx 50 al completo y su tamaño es 10 veces el del Ibex 35, tras subir casi un 65% desde los mínimos marcados por las bolsas a mediados de marzo y acumular ganancias del 40% en 2020, situándose en zona de máximos históricos en todos las casos excepto en el de Alphabet. Este comportamiento extraordinario hace que la brecha de 10 puntos porcentuales existente entre el S&P 500 y la referencia europea desaparezca si se elimina su participación, que supone ya más de un 20% en principal índice de EEUU, la mayor concentración de un sector en el selectivo en los últimos 30 años.
Juntas, su tamaño en bolsa supera los 5 billones de dólares. Y no son una excepción dentro de la industria, que en esta crisis se está comportando totalmente diferente a como lo ha hecho en las últimas recesiones. El índice FANG+ de la bolsa de Nueva York, que suma a las cinco fantásticas a Tesla, a las china Alibaba y Baidu o a Twitter, gana un 45% desde que comenzó este 2020.
La implantación de Internet es en estos tiempos mucho más amplia respecto a las últimas décadas y el consumo de teléfonos inteligentes y otros tipo de gadgets empieza a comportarse prácticamente como el de los productos básicos. Un contexto que ha convertido al principal índice tecnológico de Wall Street, el Nasdaq 100, en la liebre del resto del mercado -gana ya un 20% en 2020- y que se refleja en que las compañías tecnológicas presentes en el MSCI World apenas pierdan desde que el 19 febrero el coronavirus golpeara a las bolsas a nivel global, mientras que históricamente se han dejado de media un 45% en este tipo de correcciones.

La hegemonía de la tecnología a nivel empresarial y su extensión a prácticamente todas las actividades económicas hacen que el S&P 500 sin las cinco grandes pierda casi lo mismo que el EuroStoxx 50 -al que recurrentemente se le achaca precisamente la falta de presencia de este sector-, en lo que va de año, cerca de un 13% tras recuperar un 40% desde el suelo de la crisis. También la sitúa en el fondo de la guerra comercial entre EEUU y China, en la que Europa aparece solo como un espectador a merced de las consecuencias negativas.
"Las FAANG se han convertido en un elemento básico de muchas carteras, con el bloqueo global de las economías haciéndolas aún más atractivas", reconoce Zehrid Osmani, gestor de Martin Currie, filial de Legg Mason. "Estas empresas suelen contar con elevados niveles de efectivo, por lo que no se enfrentan a problemas de balance, y la naturaleza de su negocio las ha ayudado a ganarle cuota de mercado a los modelos empresariales más tradicionales", añade Suzanne Hutchins, gestora del BNY Mellon, quien considera que, "por eso, no solo han capeado la tormenta relativamente bien, sino que también han liderado el rally posterior".
Presente y futuro
"Las semanas de inactividad de las plantas [industriales] y las perturbaciones en las cadenas de suministro acentuaron aún más las deficiencias operativas de la industria manufacturera y su necesidad vital de adaptarse a unas condiciones de negocio en rápida transformación -condiciones que ya estaban viéndose distorsionadas por la disputa comercial entre Estados Unidos y China, todavía latente-: la conjunción de estas grandes fuerzas está acelerando la transición hacia las tecnologías inteligentes y la reinvención de los procesos de producción", introduce Pieter Busscher, gestor de RobecoSAM. Y las FAANG son la punta de lanza de esta transformación, con la gestión de los datos como epicentro, donde, por supuesto, ya han situado sus principales inversiones y filiales: AWS en el caso de Amazon, Azure en el de Microsoft o Google Cloud.
Chris Iggo, estratega de Axa IM, va más allá y apunta "que no hemos visto todo el potencial de la digitalización y el cambio impulsado por el control climático en productos y modelos de negocio". "Aunque la pandemia del coronavirus interrumpió temporalmente las operaciones comerciales y el crecimiento del PIB, no ha detenido ni puede detener la necesidad de que se realicen avances tecnológicos que permitan generar mejores resultados con menos recursos", coincide Pieter Busscher, de RobecoSAM.
Este planteamiento se refleja en las estimaciones de beneficio. Desde que arrancó el ejercicio, el consenso de analistas que reúne FactSet ha recortado un 15% las estimaciones de ganancias netas de las FAANG en conjunto para este 2020 y solo un 6% para 2021. Con el caso excepcional de la plataforma de contenidos audiovisuales Netflix, para la que esta previsión mejora un 18% de cara a este año y un 6% para el próximo, en el mismo periodo.
"Las FAANG pueden parecer caras –ver apoyo–, pero si se recuerdan las colas fuera de Primark y Nike Town en Londres, cuando se permitió la reapertura de las tiendas, gana la opinión de que el mundo sigue siendo escaso de tecnología y que el comercio minorista online tiene un largo camino por recorrer", observa Chris Iggo, de Axa IM.
Riesgo de sobrecompra en las FAANG
"Para algunas compañías, este período [el Gran confinamiento] ha actuado a su favor, y las FAANG en particular han alcanzado precios récord desde que estalló la pandemia de coronavirus, pero, ¿cuánto más alto pueden llegar? Esa es la pregunta clave, y existe el riesgo de que estos ganadores del bloqueo económico sufran una sobrevaloración", advierte Zehrid Osmani, de Legg Mason.
Actualmente, Amazon cotiza a un PER (veces que el beneficio está recogido en el precio de la acciones) de 80 veces, según las estimación para 2021, mientras que Netflix lo hace a 55 veces y el resto de las FAANG a alrededor de 25, muy por encima del multiplicador medio del mercado estadounidense.