Irlanda, Reino Unido, Grecia y también España eligieron este martes la sindicación para emitir deuda -evitando la subasta en el mercado primario y asumiendo la prima de los bancos gracias al contexto generalizado de tipos bajos fomentado por el Banco Central Europeo (BCE)- como muestra de la urgencia que tienen los estados en Europa por levantar financiación para hacer frente al gasto social y sanitario derivado de las medidas de hibernación y distanciamiento por la pandemia de coronavirus. Países y empresas del Viejo Continente han colocado ya en 2020 más de un billón de euros en bonos al mayor ritmo de la historia. Concretamente, tres meses antes que en 2019.
La jornada de este martes reflejó la ansiedad que existe en el mercado de deuda, junto a las sindicadas de Irlanda, Reino Unido, Grecia y España, se produjeron otras 19 emisiones, en la mayoría de los casos, con demanda récord. "La cantidad colocada es asombrosa", reconoce Giuseppe Sersale, gestor de Anthilia Capital Partners en Milán, quien observa que "parece que se está aprovechando mientras se puede".
Y la sindicación, que consiste en colocar los bonos indirectamente a través de bancos, se ha convertido en un método recurrente entre los estados en la crisis de la Covid-19 "porque permite aumentar la cantidad y la celeridad", según coinciden distintos expertos, en un momento en el que las necesidades de financiación de los estados se han agudizado pero en el que, al mismo tiempo, los tipos bajos permiten asumir la prima que se quedan las entidades financieras respecto al precio de mercado, gracias a la ultra expansiva política monetaria del BCE.
Este sistema es especialmente útil para bonos con vencimientos de largo plazo porque la demanda queda garantizada. De esta manera, los bancos consiguen algo más de rentabilidad en el actual entorno de intereses mínimos, que a su vez favorece que los países paguen un mayor coste.
Eso sí, de momento, la demanda no flaquea, y la emisión sindicada de 12.000 millones de España encontró este martes un apetito seis veces superior, de 78.000 millones, a un interés 28 puntos básicos por encima de la referencia de mercado, quedándose cerca del 1,25%. La misma tónica que para Reino Unido, que levantó 70.000 millones de libras, que para Irlanda, 69.000 millones, o, incluso, Grecia, que encontró 15.750 millones para colocar 3.000 millones, aunque que tuvo que elevar 160 puntos básicos el interés de referencia para un bono con vencimiento a 10 años.

En el caso de España, es la cuarta vez en 2020 que el Tesoro Público recurre a una emisión sindicada. La tercera desde que comenzó la pandemia. La última fue el 22 de abril, cuando emitió un bono sindicado a 10 años con el que captó 15.000 millones. Entonces la demanda fue récord, superando los 96.500 millones de euros. El 24 de marzo, emitió por primera vez desde 2014 un bono sindicado a siete años, con el que recaudó 10.000 millones de euros. Y a principios de año, la institución ya captó otros 10.000 millones de euros en bonos a 10 años sindicados.
Apoyo del BCE
"Aunque las economías se verán respaldadas principalmente por el enorme gasto fiscal, el BCE está haciendo lo posible por ayudar a reducir la presión sobre el mercado a la hora de absorber las emisiones necesarias para financiarlo", destaca Jon Day, gestor de deuda de BNY Mellon, sobre la última decisión del banco central que preside Christine Lagarde de incrementar su programa de compras de deuda de emergencia en 600.000 millones.
Y lo cierto es que en el caso de España, el Estado se sigue financiando en condiciones inmejorables, con el hito inédito de reducir el coste medio de toda la deuda en circulación por debajo del 2%. Al bono de referencia en mercado, con vencimiento a 10 años, se le exige actualmente cerca de un 0,6%, la mitad de lo que llegó a elevarse en el pico de tensión de la crisis del coronavirus, cuando superó el 1,22%.
"La deuda es sostenible"
La reducción del coste medio de la deuda de España permitirá que las ratios de carga de intereses con relación al PIB y respecto a los ingresos de las Administraciones Públicas se mantengan en niveles cercanos a los de 2019 -2,2% y 5,8%, respectivamente-, muy alejados de los que se alcanzaron tras la gran crisis financiera a pesar del endeudamiento histórico -115% respecto al PIB-, "por lo que el esfuerzo requerido para atender el pago de intereses es sostenible", según detalla el Ministerio de Economía.