Bolsa, mercados y cotizaciones

El BCE mete más gasolina pero no le llega el depósito para terminar el viaje

  • Al ritmo actual las compras podrían continuar sólo hasta marzo
  • El final del programa se ha ampliado hasta junio de 2021
  • El BCE ha mantenido el rumbo a pesar de la sentencia del tribunal alemán
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El Banco Central Europeo (BCE) superó las expectativas de los mercados en la reunión del jueves, al anunciar un incremento del Programa de Compras por la Emergencia por Pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés) mayor de lo que se esperaba. En concreto. 600.000 millones de euros (100.000 millones más que los 500.000 millones a los que apuntaban casi todos los pronósticos) que se suman a los 750.000 millones ya anunciados, que irán destinados a seguir comprando deuda pública y corporativa de la zona euro, para así mantener bajos los costes de financiación y tratar de estimular la economía.

Christine Lagarde, presidenta del BCE, parecía obligada a incrementar la cantidad que se anunció inicialmente para el PEPP, teniendo en cuenta que en los dos primeros meses del ejercicio el organismo ha comprado 234.000 millones de euros en bonos, un ritmo que, de mantenerse, habría hecho que el programa se agotase en noviembre, dos meses antes de la fecha en la que se había planificado el final del programa: diciembre de 2021.

Sin esta ampliación, al ritmo actual el programa de compras habría agotado su munición en noviembre

Ahora Lagarde se encuentra en la misma disyuntiva: al incrementar en 600.000 millones el PEPP, pero también ampliar su fecha final hasta junio de 2021, si el BCE mantiene el ritmo actual de compras, se habrá llegado al límite en marzo de 2021, por lo que se volverá a ver obligada a incrementar las compras durante los próximos meses.

Miedo por la baja inflación

La reunión fue especialmente interesante ya que era la primera en la que el BCE actualizaba sus previsiones macroeconómicas. Es cierto que lo hizo en el encuentro de abril, pero entonces, como reconoció la propia Lagarde, la capacidad de hacer previsiones con certeza era tan baja que estas estimaciones se debían valorar con el necesario escepticismo.

El cuadro macro que se presentó este jueves se puede analizar como una referencia más válida, aunque la presidenta francesa reconoció que sigue habiendo "incertidumbre" en este frente, al tratarse de una crisis por una enfermedad hasta ahora desconocida.

Sea como sea, la previsión de caída del PIB es del 8,7% para este año, seguida de un crecimiento del 5,2% para 2021 y del 3,3% para el año siguiente. El deterioro previsto para 2020 está cerca del mejor escenario previsto por Lagarde en los últimos meses, que manejaba una horquilla de caídas del PIB entre el 8% y el 12% para este año.

Lo que sí es más problemático y preocupa al BCE es el frenazo que esperan para la inflación: pronostican un crecimiento de los precios de sólo el 0,3% para este año, 0,8% para el siguiente y 1,3% para 2022, todavía muy por debajo del objetivo del 2% que tiene marcado la entidad. "El primer factor que nos ha hecho reajustar el PEPP ha sido la estabilidad de precios, que se ha visto muy afectada" explicó Lagarde en la reunión.

Samy Chaar, economista jefe de Lombard Odier, considera que la baja inflación prevista incluso en 2022 "explica por qué todos los programas de compra de activos y las reinversiones están programados para durar tanto tiempo".

Mantiene el paso firme

Estaba por ver cómo reacionaría el BCE en su primera reunión al conflicto que ha tenido con el Tribunal Constitucional alemán hace justo un mes, y ha quedado claro que al BCE no le ha temblado el pulso. Lagarde repitió varias veces la misma fórmula: "Estamos sujetos a la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Hemos tomado nota de la sentencia del Constitucional alemán y creemos que se llegará a una solución buena, que no comprometerá la independencia del BCE ni de la justicia europea", resumió la presidenta.

Si el Constitucional alemán pretendía con su sentencia presionar de cara a que el BCE empezase a dar detalles de cómo irá reduciendo su balance, este jueves quedó demostrado que ha tenido poco éxito. Es más, el organismo también anunció que los activos comprados bajo el PEPP que lleguen a vencimiento se reinvertirán al menos hasta 2023, por lo que el balance de la entidad no se reducirá en los próximos años.

François Raynaud, gestor en Edmond de Rothschild, señala cómo "ésta es quizás la razón por la que el BCE ha tenido hoy una reacción más fuerte de lo esperado: para demostrar y afirmar su independencia".

A pesar de que el BCE ha batido las expectativas en la reunión del jueves al haber inyectado más de lo que se esperaba, lo cierto es que todavía no ha agotado sus armas, y si la situación empeorase podría echar mano de nuevas herramientas.

Si la situación empeora el BCE no ha agotado sus armas y podría echar mano de nuevas herramientas

Entre otras, una de las posibilidades que también se manejaban para la reunión era que se anunciasen compras de bonos basura para los próximos meses, algo que no se está haciendo hasta ahora. Sin embargo, Lagarde destacó en la reunión la "flexibilidad" que tiene el programa PEPP, dejando entrever que en un futuro podría cambiar la composición del mismo.

"Se considera que el PEPP es más flexible que los demás instrumentos monetarios: no se incluyeron los bonos high yield, pero se dijo una vez más que los fondos son muy flexibles, de modo que la puerta sigue abierta para incluir una gama más amplia de activos", explica Patrice Gautry, economista jefe de UBP.

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