
Si uno tuviera que enumerar 10 características de Suiza es probable que se saltase una de las más curiosas: una Ley Federal datada en 1971 exige a sus habitantes tener un refugio atómico bajo el suelo de sus casas. Se dice que existen más de 300.000 entre viviendas, hospitales y escuelas, a los que se debe sumar otro medio millar comunitarios, que darían cobijo al 114% de la población en caso de catástrofe. Peculiaridades aparte, la renta variable del país ha servido de refugio, una vez más, al inversor en plena crisis sanitaria derivada del Covid-19.
Su principal índice de referencia es el que menos cae entre las grandes plazas europeas, alrededor de un 9%, frente al desplome del 30% que acumula España, por poner solo un ejemplo, que es el país más castigado de todo el Viejo Continente.
Sus secretos para conseguirlo son básicamente dos. El primero es que dentro del selectivo de Suiza se encuentran múltiples compañías defensivas. Y el segundo es la protección que ofrece su moneda, el franco suizo, que se está beneficiando "de la gran confianza tanto en la moneda como en la relativa estabilidad económica y política de Suiza en comparación con la Eurozona o los EE.UU así como de los estímulos de su banco central", señalan en UBS.
Suiza tiene, además, la mayor proporción de acciones defensivas (por sector industrial) de entre todos los mercados principales de renta variable, describen en Pictet, gestora que ha sobrepondera ahora la renta variable de este país. "Alrededor del 60% de la capitalización bursátil del índice de referencia suizo procede de sectores defensivos -empresas farmacéuticas y de consumo básico-, la mayoría de las cuales han obtenido rentabilidades superiores en la crisis del coronavirus", añaden.
Entre sus filas se encuentran farmacéuticas tan famosas como Roche, que defiende una recomendación de compra para el consenso de mercado recogido por FactSet, o Novartis, ambas "con grandes cuotas de mercado en los EE.UU.", señala Stefan Eppenberger, Equity & Commodity Strategist de Vontobel AM, por lo que "deberían beneficiarse del mayor gasto previsto del gobierno estadounidense en asistencia sanitaria". Además de al sector de la salud, la bolsa suiza también está sobre expuesta al sector de la alimentación, con Nestlé como principal representante.
"Roche, Novartis y Nestlé figuran entre los nombres de mejor calidad entre sus comparables a nivel mundial en términos de trayectoria de crecimiento y calidad del balance. Solo entre las tres representan el 50% de la capitalización del índice suizo", señala Patrik Lang, jefe de estrategia de renta variable global de Julius Baer, quien explica que, al margen de las grandes cotizadas, entre las pequeñas también existen valores de gran calidad, de nicho, con posiciones dominantes en sus respectivos sectores.
Pero el mercado suizo no sólo se está comportando mejor en esta crisis por esta razón. "En esos momentos las empresas con modelos de negocio sólidos, es decir, con altos márgenes y una rentabilidad superior a la media, pueden utilizar la crisis en su beneficio y salir de ella más fuertes. Esto se aplica no sólo a Roche, Novartis o Nestlé, sino también a la media de las cotizadas suizas. En comparación con la competencia europea, la proporción de empresas que no obtienen beneficios es significativamente menor", explica Eppenberger, de Vontobel AM.
Otro punto a favor de muchas empresas suizas es su enfoque internacional, que les permite aprovechar los mercados en crecimiento. "El espíritu empresarial combinado con el hecho de no formar parte oficialmente de la Unión Europea significa que las empresas suizas siempre han dado prioridad a la expansión a nivel mundial. Como resultado, ofrecen una fuente diversificada de ingresos y oportunidades de crecimiento", señala Simon Corcoran, responsable del equipo de productos de renta variable británica y europea de Schroders.
Puertas de entrada a Suiza
Una forma de invertir en la renta variable del país es a través de fondos de inversión. Bien mediante los que centran únicamente en cotizadas suizas, y que además están denominados en francos suizos; o bien mediante fondos de bolsa europea que dediquen un alto porcentaje de la cartera a cotizadas de este país, que también los hay. En el primer grupo se encuentra, por ejemplo, UBAM Swiss Equity AC, que a tres años obtiene una rentabilidad del 3,74% anualizada o Fidelity Switzerland Y, que suma otro 3,5% en el mismo periodo según datos de Morningstar. En el segundo grupo, se pueden encontrar vehículos con una exposición a la bolsa de país de hasta el 25% de la cartera.