
Con la fusión de su filial británica con Liberty Global, Telefónica cierra un círculo que comenzó en mayo de 2016 con el veto a la venta de O2 a Hutchinson. Desde entonces la gran preocupación del inversor sobre la teleco ha sido su deuda y con esta operación la española no reducirá su apalancamiento en el futuro más inmediato pero sí logrará mejorarlo en el futuro y ha sido calificado como "positiva" por Moody's que mantiene su calificación y perspectiva en estable, asegurando su rating.
La agencia otorga una calificación a Telefónica un peldaño por debajo de S&P y Fitch, pero aun así retiene su grado de inversión. "Aunque esperamos que use los fondos para reducir deuda a nivel de grupo, el trato no contribuye al desapalancamiento, ya que los activos serán desconsolidados de las cuentas", explican en Moody's. Eso sí, apuntan que "el acuerdo es marginalmente positivo por Telefónica, ya que está intercambiando la propiedad total de un activo solo móvil, por una parcial en un negocio más fuerte convergente".

Las cuentas de los analistas varían en el corto plazo, ya que las estimaciones van desde una ligera caída de la ratio deuda/ebitda -de 0,2 veces- a un pequeño incremento de la misma medida. Pero sí coinciden al señalar que las sinergias permitirán crear una empresa más fuerte, lo que mejorará los dividendos recibidos e incluso permitiría una mejor valoración si en el futuro se decide colocar la parte de la empresa controlada por Telefónica. "A corto plazo no cambia mucho, ya que se recibe ese dinero pero se desconsolida el oibda de O2, por lo que subiría ligeramente la ratio. Pero a medio plazo tienes el 50% de una firma que va a ser más fuerte e incluso se deja abierto que el día de mañana se pueda hacer una operación de venta", apunta Elena Fernández-Trapiella, analista de Bankinter.
Según el acuerdo planteado, las firmas tienen derecho a iniciar una salida a bolsa a partir del tercer aniversario tras el cierre de la operación. Mientras, hay restricciones para realizar transacciones de otro tipo con las participaciones hasta el quinto aniversario. A partir de ese momento se podrían vender a un tercero, siempre permitiendo igualar la oferta al otro accionista.
Por su parte, desde Bank of America resaltan que permite "desapalancarse, aunque ligeramente", pero sobre todo destacan que debería ser beneficiosa en términos de generación de caja de forma inmediata.
A pesar de que en los últimos meses los CDS (seguros de impago) de la compañía se han tensionado -como en todo el sector-, tras el anuncio estos se han rebajado en 9 puntos básicos y el temor a cualquier problema en la deuda de la compañía está controlado. Con una liquidez de 22.500 millones, que cubre sobradamente los vencimientos de los próximos 2 años sin contar la generación de caja, y con la mejora en el perfil de endeudamiento de la firma -ha extendido su vencimiento y ha aumentado el porcentaje de deuda con un interés fijo-, el mercado de renta fija ha sido más positivo con Telefónica que la bolsa en los últimos años.
El ahorro con el dividendo en 'papelitos'
Otra de las decisiones tomadas por Telefónica para atajar el endeudamiento ha sido volver al dividendo en 'scrip', lo que permitirá ahorrar en torno a 1.400 millones con una aceptación del 70%. "Esta decisión muestra prudencia. La liquidez y la calidad del 'rating' son importantes y, afortunadamente, somos sólidos en ambos términos. Pero también demostramos el compromiso con la remuneración al accionista", explicó Laura Abasolo, CFO, en el encuentro con analistas.