Si habitualmente ya es complicado hacer proyecciones sobre los negocios a futuro, la falta de visibilidad que ha dejado la crisis del coronavirus es total, lo que se refleja en que ha habido una catarata de compañías que han retirado las perspectivas lanzadas a mercado en 2020. En este entorno, el consenso ha recortado sus expectativas, pero algunas casas de análisis advierten de que la caída puede ser mayor.
Desde Morgan Stanley estiman que los beneficios de las cotizadas del Viejo Continente sufrirán un retroceso del 45% este año y, de cumplirse, registrarían la mayor caída de toda la serie histórica en un año natural. De hecho, se quedaría cerca del 49% que se contrajeron las ganancias entre el tercer trimestre de 2008 y el de 2009.
"La expectativa de una contracción récord de la economía en el segundo trimestre ha llevado a un ritmo de bajada en las estimaciones del consenso de récord. Sin embargo, siguen pareciéndonos demasiado optimistas, dibujando una caída del 20% en el bpa este año y una recuperación del 21% en 2021. Dado que el consenso suele ir con retraso en estas situaciones, el mercado probablemente espera un desenlace peor que el de los analistas, pero hay riesgo de muchas mayores caídas, especialmente en 2021, que probablemente es el año en el que el inversor está fijando su atención", argumentan en el banco norteamericano.
Y es que los expertos de la entidad han revisado su expectativa sobre el PIB europeo y estiman que -teniendo el cuenta la exposición de las cotizadas de la región por países- la economía de las zonas a las que están expuestas -midiéndolo en función del peso de cada una en la facturación- se contraería un 6,4% en 2020.
En Morgan Stanley dibujan un rebote del 40% en el beneficio en 2021, lo que supondría quedarse aún un 18% por debajo del beneficio de 2019
Con todo, más allá de la caída de este año -que parece dado por perdido- la atención del mercado se centra en el comportamiento que pueda tener en 2021. En Morgan Stanley dibujan un rebote del 40% en el beneficio en 2021, lo que supondría quedarse aún un 18% por debajo del beneficio de 2019 y abonar un PER de más de 15,5 veces, por encima de la media histórica.
