
La disyuntiva oportunidad/riesgo que ofrece la inversión en los países emergentes se ha acrecentado en las últimas semanas con las caídas del 50% para los inversores europeos que genera en el año el Bovespa de Brasil. La evolución del precio del petróleo y las decisiones de los bancos centrales de estos países serán claves para un 2021 en el que se les supone una ambiciosa recuperación
Históricamente las grandes crisis bursátiles (y la generada por la propagación del Covid-19 no es una excepción) han puesto de manifiesto la gran disyuntiva oportunidad/riesgo que ofrece la inversión en los países emergentes. Las atractivas valoraciones o proyecciones de crecimiento desmesuradas son siempre un sino para estas regiones.
Esta semana, sin ir más lejos, desde Bloomberg se hacía especial hincapié en como las acciones de los mercados emergentes "ganaban su mayor atractivo para los inversores en tres años en relación con las acciones europeas" porque el MSCI Emerging Markets Index se llegaba a negociar con un 22% de descuento con respecto al Stoxx Europe 600 Index, basándose en la relación entre el precio y las ganancias estimadas.
Sin embargo, en muchas ocasiones, estas halagüeñas previsiones no se cumplen. La bolsa de Brasil, adalid de ese grupo de economías nacionales emergentes más prometedoras del mundo, se ha convertido en 2020 en la que mantiene un comportamiento más bajista en lo que ha transcurrido de ejercicio. El Bovespa se deja un 30% desde enero y para quienes tienen una posición abierta en ese mercado en euros o dólares la caída ronda el 50% por el efecto divisa.
No obstante, no solo los inversores más interesados en los BRICS sufren los estragos derivados de las dudas que generan estas economías. Los más domésticos, también. Sin ir más lejos, Latinoamérica es una región que aporta un 40% de los ingresos totales de las cotizadas españolas. Santander, BBVA, Mapfre, Telefónica, Iberdrola o Prosegur se han consagrado en las últimos meses como las firmas más expuestas a esta región. Ellas son a quienes más afecta ese 40% de sus ingresos –salvo para la aseguradora, para quien supone el 29%– procedente de estas economías teniendo en cuenta la actual depreciación de sus divisas. Y es que, tanto el real brasileño como el peso mexicano han llegado a tocar su nivel más bajo de la historia frente al euro tras acumular un descenso del 23% y del 18% respectivamente en 2020.

"La evolución de la crisis en los mercados de divisas emergentes va a ser muy diversa de un país a otro, y dependerá de los fundamentos de cada economía y sus necesidades de financiación exterior", asegura Enrique Díaz-Álvarez, director de Riesgos de Ebury. Sin embargo, el pesimismo para 2020 se deja sentir en los comentarios de los analistas para la región. Stefan Scheurer, estratega de inversión senior de Allianz GI, incide en que "la lucha contra el coronavirus en los mercados emergentes apenas está comenzando", y en que "muchos inversores extranjeros se han vuelto más precavidos ante los riesgos significativos para las economías emergentes que generan el distanciamiento social y otras medidas de contención".
Y en la misma línea va Thuy Van Pham, de Groupama, quien espera que el pico de la pandemia en la región se dé en mayo: "La región experimentará una profunda recesión en 2020, convirtiéndola en una de las zonas emergentes de mayor riesgo", asegura mientras explica que Argentina, México y Brasil serán los más afectados, junto con Venezuela, cuya economía ya estaba sumida en la crisis.
Un 2021 más halagüeño
Todas las esperanzas para estos países pasan por un futuro no muy lejano, y ponen el foco en 2021. "Vemos una recuperación gradual de divisas latinoamericanas, salvo aquellas que presenten un nivel significativo de endeudamiento en divisas extranjeras. En el caso del peso mexicano, es muy posible que cuando se produzca una estabilización del mercado del crudo veamos también una estabilización de la moneda, y también somos optimistas respecto a una recuperación gradual del real brasileño", arguyen desde Ebury.
La evolución del petróleo será vital para el devenir de sus cuentas públicas en 2021
Y es que, la evolución del petróleo será vital para el devenir de sus cuentas públicas en 2021. No en vano, tienen una elevada dependencia a esta materia prima (el 8% de las exportaciones de Brasil y el 5% de las de México).
Scheurer, por su parte cree que los inversores en deuda de los mercados emergentes "deben ser precavidos con Turquía, Oriente Medio y África, pero Rusia y Brasil podrían estar mejor posicionados para pagar sus obligaciones de deuda" y por eso afirma que algunos países, incluidos Rusia, Brasil y China, podrían recuperarse cuando el capital comience a nuevamente fluir. Y piensan igual desde Amundi: "Creemos que la deuda cuasi soberana en América Latina ofrece escenarios atractivos de riesgo/beneficio en Brasil, México y Perú", aseguran.
En este sentido, la actuación de los bancos centrales se antoja clave para el devenir de las divisas y las economía de estos países y deben ir, según afirman desde el departamento de estudios de Bankia, en la línea marcadapor los bancos centrales de las economías desarrolladas con sus programas cuantitativos, comprando deuda pública y privada en los mercados secundarios, algo que, por ejemplo, en Brasil se esta estudiando y para lo que debe cambiar su ley.
De ello dependerá en buena medida el buen hacer en bolsa en 2021 de las firmas cotizadas españolas más expuestas a esta región y también influirá en la recomendación de los bancos de inversión sobre ellas (ahora mayoritariamente de mantener) que puede mejorar dado el peso que esta región tiene en sus balances.