Si algo está demostrando la pandemia del coronavirus es que la economía no se ha paralizado del todo gracias a la informatización y la digitalización de numerosos sectores, como el financiero o de determinados servicios profesionales. Hace tiempo que la revolución tecnológica que introdujo internet ha ido cambiando numerosos procesos, incluso industriales, en los que la robotización y la inteligencia artificial se han convertido en imprescindibles hasta en tareas agríciolas.
Un dato corrobora esta importancia: la inteligencia artificial ha ayudado a reducir el tiempo de análisis de la estructura del ARN del Covid de 55 minutos a 27 segundos, según un informe de Allianz Global Investors. Si hasta ahora quedaban dudas por el supuesto impacto negativo en el mercado de trabajo, la tragedia del Covid las está disipando. Incluso desde el punto de vista del consumidor, el uso de los teléfonos inteligentes y la posibilidad de poder realizar compras por Internet, desde productos básicos hasta cualquier objeto sofisticado, y de divertirse en las plataformas de contenido audiovisual han transformado los hábitos del consumidor y están permitiendo un confinamiento más llevadero.
La importancia del sector tecnológico se comprueba al analizar que gran parte del extraordinario comportamiento de la bolsa norteamericana desde la crisis financiera se debe a la revalorización de compañías como Google, Facebook o Amazon, que no han parado de crecer. De hecho, una de las dudas de los analistas era hasta qué punto podían mantener este ritmo en un entorno en el que los datos comenzaban a apuntar el camino de una ralentización profunda. Pero incluso con las abultadas caídas de marzo, los gigantes tecnológicos han sabido sortear la crisis y vuelven a liderar la recuperación de la bolsa, en un momento de fuertes previsiones de recorte de beneficios.
Los fondos tecnológicos, que incluyen a muchos productos que invierten no solo en estas firmas sino en otras compañías de nichos como la ciberseguridad o la inteligencia artificial aplicada en distintos sectores, han recogido este buen comportamiento, ofreciendo una rentabilidad anualizada media a 5 años del 15,6%, según los datos de Morningstar. En el año, es una de las categorías que menos pierde, con una caída media del 8,7%, un porcentaje menor que el de los fondos activos globales, que sufren una pérdida del 16%.
¿Van a poder mantener este liderazgo las compañías tecnológicas o van a sufrir inevitablemente también las consecuencias de la paralización de la economía? José María Luna, socio de Luna Sevilla Asesores Financieros, considera que siguen teniendo atractivo a corto plazo. "La digitalización es una revolución imparable. No es que sea optimista, soy pragmático. Una empresa que no tenga presencia virtual o pueda digitalizarse a partir de esta crisis sanitaria estará muerta. Incluso los bares contarán con sistemas de desinfección automáticos igual que tienen aire acondicionado. Obviamente si la recesión se profundiza más allá del segundo trimestre, se paralizará la inversión en tecnología de muchas empresas, por lo que las firmas del sector terminarán notándolo", señala.
Valoraciones exigentes
Javier Fernández, analista de Altair Finance AM, recuerda que, en el corto plazo, va a primar en la cotización de las compañías tecnológicas la convicción del mercado de que se verán parcialmente beneficiadas por tendencias como el teletrabajo. "Tras años siendo el mejor sector en subidas y ahora también en caídas, el sector tecnológico se ha posicionado en una situación inmejorable en términos de momentum y es muy complicado que veamos un comportamiento relativo negativo en el corto plazo. Pero hay ciertos factores que no debemos olvidar, como su valoración, que en términos absolutos está en niveles muy exigentes", subraya.
Para Ignacio Cantos, director de inversiones de Atl Capital, habría que diferenciar entre las compañías que se dedican al hardware y el software, porque las primeras, como Apple, pueden verse afectadas por la ruptura de las cadenas de suministro si persiste la recesión más allá del segundo trimestre y tiene consecuencias más palpables en en los consumidores, como una reducción en la compra de smartphones u otros artilugios electrónicos. Las consultoras también podrían ver mermada su actividad, si se reducen los presupuestos de las compañías.
Jacobo Blanquer, consejero delegado de Tressis Gestión, piensa que el comportamiento de los consumidores será un elemento crucial a la hora de valorar determinadas compañías tecnológicas, pero considera que también a corto plazo las compañías tecnológicas van a mantener su potencial, aunque haya que estar pendientes de las valoraciones en un entorno en que todos los inversores volverán a focalizarse en este sector.
