
Las medidas que restringen el movimiento y la actividad económica en EEUU empiezan a reflejarse de forma evidente en el mercado de petróleo del país. La Administración de Información de Energía de EEUU ha publicado un incremento de 13,8 millones de barriles de petróleo crudo durante la última semana. Esta es la mayor subida de los inventarios desde 2017.
Además, todos los productos derivados del petróleo (incluyendo el propio crudo) han registrado un incremento de 21 millones de barriles. La demanda de petróleo y sus derivados se ha desplomado a causa del coronavirus, las medidas de control que se están tomando y su impacto sobre la economía. Mientras tanto, los productores americanos siguen bombeando un petróleo que se acumula en los tanques de almacenamiento.
De este modo, los inventarios de petróleo crudo se sitúan en 469,2 millones de barriles, cerca del promedio de los últimos cinco años. Los inventarios totales de gasolina de motor aumentaron en 7,5 millones de barriles la semana pasada y son aproximadamente un 4% más altos que el promedio de los últimos cinco años.
Los inventarios terminados de gasolina y componentes de mezcla aumentaron la semana pasada. Los inventarios de combustible destilado disminuyeron en 2,2 millones de barriles y están aproximadamente un 13% por debajo de la media de los últimos cinco años. Los inventarios de propano-propileno disminuyeron en 0,3 millones de barriles la semana pasada y están aproximadamente un 29% por encima del promedio. Así, los inventarios totales de petróleo comercial (derivados y crudo) aumentaron la semana pasada en 21,0 millones de barriles.
El petróleo cotiza con descensos superiores al 4% que dejan al Brent, de referencia en Europa, en los 25 dólares. Por su parte, el West Texas, de referencia en EEUU lucha por mantenerse por encima de los 20 dólares el barril, mínimos desde 2002.