
La mejor manera que tiene el mercado de demostrar que quiere que las cosas vuelvan a la normalidad previa a la crisis que ha desatado la rápida propagación del coronavirus es su apuesta por valores menos relacionados con la curación de la propia enfermedad.
Si durante los últimos meses la carrera por encontrar un tratamiento eficaz contra el coronavirus ha situado a la industria farmacéutica en el foco de los inversores, ayer mismo se produjo un movimiento que advierte de un posible cambio de tendencia. Por primera vez desde enero, la compañía francesa LVMH volvió a meterse en el podio de empresas más grandes por capitalización de todo el Stoxx 600, últimamente copado de manera casi en exclusiva por empresas con pasaporte suizo.
El selectivo que reúne a las empresas más grandes del Viejo Continente, incluyendo a compañías de origen en divisas diferentes al euro, sigue manteniendo a Nestlé como su principal estandarte, pero ahora, la firma de lujo gala se cuela como una de las tres más grandes del continente arrebatando la tercera posición a la farmaceútica suiza Novartis, que sale así del podium del selectivo europeo.
La compañía presidida por Bernard Arnault gana la pelea por esta posición tras haber logrado mantener un bagaje positivo en el parqué en las últimas dos semanas, algo de lo que ninguna de las firmas suizas puede presumir. Y lo hace como una de las empresas que tiene un mayor apoyo por parte de los analistas que la siguen.
Así se desprende de los datos que arroja el consenso de mercado recogido desde FactSet. Su consejo de compra solo es superado por el de Novartis y es una de las compañías a la que más recorrido ven de cara a los siguientes doce meses.

Donde Louis Vuitton Moët Hennessy no sale reforzada pese a estar de nuevo en el centro de las miradas de los inversores es en las estimaciones de beneficio. Y es que, los analistas han revisado a la baja sus previsiones de ganancias netas para 2020 en un 10% en los últimos meses. Un recorte que se ve atenuado al 3,7% de cara a 2021.