
La niña bonita de las telecomunicaciones francesas ve cómo sus acciones pierden un 18% en bolsa desde enero y vuelven al nivel al que cotizaban en octubre de 2014. A pesar del auge de las comunicaciones a distancia en plena pandemia del Covid-19, el índice sectorial de telecos europeas del Stoxx 600 pierde cerca de otro 18% en lo que va de año. Tampoco ayuda mucho que el Cac 40, índice de referencia de la bolsa gala, se haya hundido casi un 23% en 2020.
Los títulos de Orange en el parqué cayeron un 4% en la sesión del martes y aunque moderaron su caída este miércoles aún cedieron un 1,1%, lo que deja el precio de la acción en los 10,72 euros. Es su precio más bajo del último lustro y para encontrar un nivel similar en el pasado hay que volver la vista a octubre de 2014.
Desde que las bolsas empezaron a desinflarse cual globo agujereado el pasado 19 de febrero, la cotización de Orange se ha dejado algo más de un 20%. No ayudó el martes que el equipo de analistas de Morgan Stanley reconfirmase la recomendación de vender los títulos de la compañía, un consejo que empezó a recomendar a comienzos de diciembre.
Pero el derrumbe bursátil de la antigua France Télécom no es el único que ha visto el sector de las telecomunicaciones en los últimos días. En la misma situación se encuentra Deutsche Telekom, que pierde un 12% en bolsa en lo que va de ejercicio; o Vodafone y Telefónica, que registran un descenso del 22% y el 29%, respectivamente. Algo más moderada es la caída de la noruega Telenor, cuyos títulos ceden un 5% desde enero.
El precio de Orange en el parqué alcanzó un máximo histórico en el año 2000 en los 186,56 euros, antes de que estallase la burbuja de las llamadas puntocom. Desde 2002, la acción no ha pasado de los 30 euros, un rango que ha mantenido hasta el momento presente.
El sector de las telecos está en un año clave para el despliegue de las infraestructuras que permitirán unas velocidades muy superiores a las actuales en la transmisión de datos. El 5G ha llegado, aunque la mayoría de los operadores todavía no ofrece dispositivos que aprovechen todas las capacidades de esta nueva tecnología de quinta generación, que será de mucho más provecho en el tejido industrial.
Las firmas europeas de telecomunicaciones pusieron en marcha veinte redes 5G en nueve países del Viejo Continente a lo largo de 2019, mientras que se espera que ochenta redes estén en funcionamiento a finales de 2020. "En este contexto, compartir redes parece ser la mayor herramienta para acelerar el despliegue del 5G, y numerosos países europeos cuentan con entre uno y tres acuerdos para compartir redes", subrayan desde la Asociación de Operadores de Redes de Telecomunicaciones de Europa (ETNO, por sus siglas en inglés).
En su último informe, titulado El estado de las comunicaciones digitales, la organización recalca que la inversión total en redes en Europa alcanzó los 48.600 millones de euros anuales. "Comparado con sus comparables mundiales, las telecos europeas también tienen la mayor proporción de ingresos dedicados a la inversión".
Sin embargo, en cuanto a la inversión per cápita, el sector se muestra más débil en Europa, con una cifra de 89 euros por persona frente a los 191 euros en Japón o los 213 de Estados Unidos, concluyen.