
Ni siquiera los índices sostenibles logran mantenerse a flote en el abrumador, incluso claustrofóbico, escenario que el coronavirus ha ido generando en las bolsas de todo el mundo desde el pasado 21 de febrero.
En poco más de dos semanas, y hasta el miércoles a media sesión, el Dow Jones Sustainability Index se dejaba un 16%, un desplome solo ligeramente inferior al que ha sufrido su homólogo no responsable, el Dow Jones de Industriales, que cede en torno a un 17%.
El Dow Jones de sostenibilidad se deja más en el parqué que el MSCI World, un índice sin ningún sesgo sostenible, que retrocede un 14,6%. Su caída tampoco es muy inferior a la experimentada por el indicador estadounidense de referencia, el S&P 500, que pierde en torno a un 17%. Las compañías incluidas en este tipo de selectivos responsables ayudan, y en esto existe cada vez un mayor consenso, a proteger las carteras contra los riesgos, ya que son las que mejores notas sacan en aspectos ASG (ambientales, sociales y de buen gobierno).
Fuentes del mercado explican que, en realidad, no es extraño que los índices sostenibles estén perdiendo más que los que no lo son. "Lo ASG suele caer más cuando el mercado cae. Normalmente, si eres una empresa súper sostenible es probable que tengas componentes de alta tecnología, de I+D+i o de energías alternativas a las fósiles, que no se benefician precisamente de entornos de ralentización". Se trata de empresas, explican, con una beta más elevada.
Según los cálculos de Bank of America Merrill Lynch, la cantidad de dinero invertida en estrategias socialmente responsables en el mundo se duplicará hasta 2030, pasando de 20 a 40 billones de dólares. En Europa, región de referencia en el campo de la inversión responsable, cada vez son más las gestoras que ya tienen los criterios ASG integrados en sus carteras.