
La compañía petrolera estadounidense, que extrae la mayor parte del esquisto bituminoso (shale) que comercializa de la Cuenca Pérmica entre Texas y Nuevo México, ha visto cómo su valor en bolsa se ha hundido sobremanera hasta resgistrar un mínimo histórico en la sesión de este lunes. La falta de acuerdo entre Arabia Saudí y Rusia para hacer frente común al desplome del precio del petróleo, ha derribado en bolsa al sector del fracking en Estados Unidos. | Todo sobre el fondo asesorado por elEconomista, Tressis Cartera Eco30.
La acción de Parsley Energy pierde cerca de un 40% de su valor a media sesión del lunes, hasta situarse en el entorno de los 6,7 dólares. Es la mayor caída diaria desde 2014, año en que empezó a cotizar en bolsa.
Sólo en la primera sesión de la semana, el valor bursátil de la compañía norteamericana ha perdido alrededor de 1.600 millones de dólares y vale poco más de 2.700 millones de dólares (al cierre del viernes pasado valía unos 4.300 millones).
De hecho, el viernes también sufrió un desplome considerable, del 16,5%, que palidece ahora en comparación con el que experimenta este lunes. En lo que va de año, Parsley Energy acumula unas pérdidas del 65% en el parqué.
No hace mucho, a comienzos de año, la acción del productor de esquisto bituminoso (shale) cotizaba en el entorno de los 19 dólares. Su mínimo anterior estaba en los 11,26 dólares que registró en diciembre de 2014, mientras que su mejor marca está todavía en los 38,27 dólares que alcanzó en diciembre de 2016. En enero de este año, el tamaño bursátil de la compañía era de 7.200 millones de dólares.
Durante unos minutos al poco de arrancar la sesión en Wall Street, la cotización de Parsley se ha suspendido, para retomarse unos minutos después. Pero no ha estado sola en esta jornada histórica de descensos en Wall Street.
La gran ola bajista ha arrasado con otros títulos del sector. DiamondbaCck Energy perdía en torno a un 46% a media sesión; Apache Corp. se hundía un 41%; Marathon Oil se dejaba un 36%; Pioneer Natural Resources sufría una caída del 32%; Halliburton, del 30% y Occidental Petroleum, del 29,5%, entre las más destacadas.
Compañías grandes del sector, como ExxonMobil y Chevron, también pierden cerca de un 9% y un 13% en la sesión, respectivamente. Ambas producen también shale y tienen una mayor resistencia a los precios bajos del petróleo dada su envergadura y escala, a diferencia de los pequeños productores como Parsley.
Parsley revisa sus previsiones
De contar con un precio del petróleo West Texas en el entorno de los 50 dólares por barril a tener que replantearlo todo por la caída del precio al rango de los 30 a los 35 dólares por barril.
La compañía estadounidense ha empezado a reducir la actividad en 2020, según han comunicado a lo largo de la mañana desde la sede de Austin, en Texas, y ha aprobado los planes para bajar a 12 plataformas petrolíferas tan pronto como sea posible.
"Durante enero y febrero, Parsley operó 15 plataformas de desarrollo y cinco frac spreads [o extensiones de fraccionamiento", señalan. "En el contexto de unos precios del petróleo de entre 30 y 35 dólares para el resto del año, la compañía tendría el objetivo de alcanzar al menos 85 millones de dólares de flujo libre de caja, que conseguiría por medio de una reducción gradual de la actividad [de extracción], en combinación con unos menores costes de servicios y equipamientos".
La geopolítica del petróleo
El petróleo Brent y West Texas se han desmoronado más de un 30% este lunes tras la desintegración de la alianza OPEP+, que tenía como líderes de facto a Arabia Saudí y Rusia. Moscú rechazó participar en otra ronda de recortes de producción con el fin de apuntalar los precios del crudo. De este modo, el barril Brent sufrió su mayor caída diaria desde la Guerra del Golfo de 1991. Desde Bank of America y Goldman Sachs han señalado que podría deslizarse hasta los 20 dólares por barril.
El Gobierno que preside Vladímir Putin lleva varias semanas diciendo que Rusia puede soportar el precio actual del petróleo, al menos antes de la gran corrección de este lunes. El motivo es que el país euroasiático tiene un fondo de reserva del que puede ir tirando, después de que el banco central reconstruyese sus reservas internacionales desde agosto de 2008", informan desde Bloomberg.
Se trata de un fondo patrimonial de 150.000 millones de dólares, que podría mitigar los daños del desplome de los precios del crudo para el mayor exportador mundial de energía. De hecho, las reservas serían "suficientes para cubrir los ingresos perdidos si los precios del petróleo caen a 25 o 30 dólares por barril durante un periodo de seis a diez años", según un comunicado del ministerio ruso de Finanzas.
Pero la estrategia detrás de la negativa de Moscú a reducir más la producción tendría que ver con eliminar parte de la competencia que suponen los productores de esquisto bituminoso (shale) en Estados Unidos, como es el caso de Parsley Energy.
Para estas compañías, el coste de extracción de petróleo por técnicas de fracturación hidráulica es mucho más elevado que el del crudo que se extrae de Siberia o del desierto saudí. Por lo tanto, si los precios del petróleo se mantienen bajos durante mucho tiempo, el sector del fracking estadounidense se verá muy afectado.
El frac spread: cómo ganar con el 'fracking'
El fractionation spread, o diferencial de fraccionamiento es un elemento importante para entender la industria del fracking. El gas natural que se recupera de un pozo debe procesarse con el fin de cumplir los requisitos establecidos antes de ser entregado para su uso final. Además del gas natura, el procesamiento produce gas natural licuado (GNL) mixto, y se separan por la técnica del fraccionamiento.
El diferencial entre los precios del GNL y los precios del gas natural tiene un impacto en el procesamiento de gas natural por parte de las empresas involucradas en el fraccionamiento. Estas compañías normalmente se benefician cuando el diferencial de fraccionamiento es elevado, es decir, cuando los precios del GNL son altos en comparación con los precios del gas natural.
Este beneficio se deriva de los contratos de mantenimiento de la totalidad y del porcentaje del producto que mantienen estas empresas, como explican desde Market Realist.