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El coronavirus se mantiene como la gran preocupación de fondo en los mercados financieros. Las advertencias de Apple sobre el impacto de la pandemia en sus ingresos y en la producción de iPhones han resonado en las bolsas como lo que son: palabras mayores; y, tras el ataque a resistencias de este lunes de los índices europeos y la conquista de máximos históricos en el Ibex con dividendos, las subidas tienen complicado prolongarse a corto plazo.
Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, ya advertía este lunes, que fue festivo en Wall Street, de que "para confiar en que estamos ante una ruptura fiable de resistencias debemos exigir que la presión alcista se muestre con claridad y que el Eurostoxx 50 al menos se mantenga dos sesiones sobre la resistencia de los 3.855 puntos y el Cac 40 francés sobre los altos del año, en los 6.110 puntos".
"Las últimas subidas no han hecho más que reforzar la fortaleza de la que siguen gozando las bolsas y ahora simplemente estamos muy pendientes de ver si las bolsas europeas optan por desarrollar una consolidación más amplia o, por el contrario, quieren protagonizar sin mayores dilaciones una continuidad alcista", añade el analista del portal de estrategias de inversión de elEconomista.
Este último escenario se ha complicado definitivamente con el profit warning de Apple, que obliga a asumir consecuencias quizá más profundas de lo cotizado hasta ahora de la pandemia originada en China, tanto para grandes empresas como la tecnológica del iPhone, como para el crecimiento global.
La clave está en si el mercado mantiene la confianza en una recuperación en V de la economía, principalmente de la del gigante asiático, a la que este martes Moody's ha recortado el objetivo de crecimiento 5 décimas, hasta el 5,2%, a pesar en que las acciones en materia comercial siguen siendo positivas, en consonancia con el acuerdo de fase 1.
Las primeras reacciones en mercado de la amenazada del coronavirus recalcada por Apple han sido compras de deuda, dinero moviéndose hacia el dólar, lo que vuelve a hundir al euro en mínimos de los últimos 3 años, y retrocesos de las bolsas, tanto en Europa, como en Wall Street, según apuntan los futuros.