Bolsa, mercados y cotizaciones

¿Cuánto le cuesta al inversor vender en mal momento?

  • Sigue existiendo "un cortoplacismo bestial", según Ignacio Perea, de Tressis
En mercado, es recomendable ser paciente. Imagen: Dreamstime

Tirar la toalla en mal momento y por impulso (algo que suele ocurrir en momentos como éste, con el coronavirus marcando el paso de los mercados) sigue siendo uno de los errores frecuentes que cometen los inversores y supone un quebradero de cabeza para las gestoras, que dedican cada vez más tiempo y esfuerzo a convencer a sus clientes de que, si su inversión es a largo plazo, no deben fijarse en el valor liquidativo diario (ni angustiarse si éste cae).

En el informe Seguir los siete hábitos de los inversores de éxito, de Allianz Global Investors, con datos hasta mayo de 2019, se enfatiza la importancia de "invertir antes que especular", entendiendo por especular el apostar a corto plazo por movimientos de las cotizaciones. A día de hoy, los mayores volúmenes de entrada en activos siguen viéndose cuando éstos han subido, y las mayores salidas cuando han caído; en ambos casos, en el momento equivocado.

"Es muy difícil añadir valor con el market timing", advierte Santiago Daniel, jefe de productos de Inversión en Deutsche Bank España, que reconoce que "ese entrar a contrapié en el mercado y salir de él tras una gran caída es algo consustancial a la psicología humana". Ese juego tiene un riesgo adicional: puede generar un exceso de comisiones. 

El estudio de Allianz GI -que en su última versión recoge ya la reacción de los inversores después de el fatídico diciembre de 2018- pone en cifras hasta qué punto el mercado premia a quien, llueva o truene, permanece invertido. Quien ha mantenido su posición en el S&P 500 Total Return durante 25 años se ha embolsado un 9,6% de media anual, rentabilidad que se desploma hasta el 4,6% para aquel que se perdió las 20 mejores sesiones bursátiles, y se hunde al 1,3% para quien estaba fuera del mercado durante las 40 mejores jornadas. 

Las cifras son similares para el resto de selectivos analizados, como el MSCI Europe Total Return, donde el inversor tranquilo ha ganado un 7,1" de media anual, mientras que el que se quedó fuera en las 40 sesiones más alcistas ha perdido un 2,5%. "La mayoría de las veces el mejor método es dejar que el dinero siga trabajando", afirman los expertos de Allianz GI, "ya que el riesgo de perderse las mejores sesiones de los mercados de capitales es muy elevado".

Poco habituados a la volatilidad

La aversión a la volatilidad es universal, pero los expertos consultados afirman que los españoles la llevan peor, debido a su escasa formación financiera y su poca experiencia con determinados productos. Según Marta Díaz-Bajo, directora de análisis de fondos de atl Capital, "los estadounidenses nos llevan ventaja, porque llevan más tiempo invirtiendo en mercados de riesgo". A los españoles "les cuesta muchísimo soportar la volatilidad", añade; y, de hecho, esa impaciencia "es el problema más grave con el que nos encontramos", asegura.

Los inversores no respetan su horizonte de inversión o se saltan el stop, lamenta Victoria Torre, de Singular Bank

¿Cuáles son los errores más comunes? Los resume Victoria Torre, responsable de desarrollo de contenidos de Self Bank: "No se respeta el horizonte de inversión; el cliente construye su cartera pensando en un plazo, con activos adecuados a su perfil y a ese horizonte, pero si no obtiene los resultados que preveía, deshace posiciones o cambia su composición". Otros inversores parten de un método, pero no lo siguen a rajatabla: por ejemplo, establecen un nivel de pérdida máxima, pero una vez alcanzado caen en la tentación de esperar un poco más a ver si el valor se recupera.

"Sigue existiendo un cortoplacismo bestial", afirma rotundo Ignacio Perea, director de inversiones de Tressis. "A lo largo del año 2019 vimos muchas salidas de dinero. Y cuando preguntabas a los clientes para qué lo querían, te explicaban que para utilizarlo dentro de diez años. Entonces, ¿qué más da que Trump haya hablado hoy y se haya caído el mercado?", reflexiona.

No ayuda el hecho de que los españoles hayan estado durante décadas en depósitos y que en los últimos tiempos se hayan visto forzados a entrar en fondos en busca de rentabilidad ante el desolador panorama de las imposiciones a plazo fijo. Antonia Conde, responsable de gestión de activos de Renta 4, comenta que "ese salto de ahorrador a inversor explica parte de su nerviosismo; no están acostumbrados a ver un valor liquidativo diario, pero ahora que lo tienen no pueden evitar consultarlo, y si cae, la ansiedad les lleva a tomar decisiones por impulso".

Tanto Perea como Daniel señalan que la vinculación de un producto con un plazo temporal concreto ayuda mucho al inversor a tranquilizarse: "Cuando les hablas a siete o diez años vista, el discurso de las emociones se aparta un poco; ahora bien, ¿es esto masivo? En absoluto", señala el director de inversiones de Tressis 

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