
Tras más de veinte años bajo los mismos mandos, 2015 fue el inicio del cambio para Indra. Fernando Abril-Martorell llegaba a una firma, en sustitución de Javier Monzón, cuyos beneficios habían entrado en declive y culminaron con pérdidas de más de 90 millones en 2014. Fue el primer ejercicio de los últimos cinco en los que los accionistas no han recibido parte de las ganancias en forma de dividendo.
Ahora, tras una profunda reestructuración, el mercado espera que en 2020 Indra, que ha regresado al índice Eco10, vuelva a ser una empresa que retribuye a sus accionistas como tradicionalmente lo ha hecho. "Espero un dividendo de 33,7 millones euros que serían 0,191 euros/acción. Si bien la compañía no ha ofrecido ninguna guía a este respecto", indica Andrés Bolumburu, de Banco Sabadell.
El experto espera que el pago sea con cargo a los resultados de 2020 y que se reparta ya este mismo año. Esta cantidad implicaría una rentabilidad del 1,8%. El consenso de mercado que recoge FactSet pronostica un pago de 0,16 euros.
En su caso, Manuel Lorente, de Mirabaud, también espera un dividendo que salga de las cuentas de 2020, si bien pagadero el próximo año. El analista prevé que la retribución sea "algo justita y que le sitúe cerca de la media de otras compañías de tecnologías de la información (IT), que es un rentabilidad alrededor del 1,5%-2%, y un payout en torno al 20% del resultado". Desde Indra explican que "en algún momento retomaremos la política de dividendos, un aspecto que está dentro del marco de nuestro Plan Estratégico 2018-2020".
"Espero un dividendo de 33,7 millones euros que serían 0,191 euros/acción"
Eso sí, Lorente recuerda que "hay que tener en cuenta que todas las compañías de IT y también del segmento de defensa, donde está Indra, están en un entorno muy cambiante y prefieren el reposicionamiento en este nuevo mundo digital vía adquisiciones en detrimento de una retribución al accionista más clásica". De hecho, este mismo mes Indra comunicó la compra de SIA, dedicada a las soluciones de identidad y firma electrónica.
De esta opinión es Ignacio Cantos, de atl Capital, quien explica que "una vez que ha suspendido el dividendo para mí no es algo tan fundamental como que lo dediquen a otros ámbitos que generen beneficios. A mí la rentabilidad me la dan vía revalorización de la acción. ¿De qué te vale la rentabilidad por dividendo de Telefónica o de los bancos? Ese tipo de rendimiento no me sirve para nada si estoy perdiendo el principal de mi dinero".
Precisamente, Indra ha corrido mucho en bolsa en los últimos meses y, desde los mínimos que marcó en el mes de agosto, ha subido más de un 60%. Los expertos coinciden en que, salvo correcciones puntuales, 2020 también debería ser un buen año bursátil para el grupo dado el buen rumbo que llevan sus resultados. "La compañía está en los últimos trimestres en una muy buena dinámica sobre todo por dos temas: la contratación y el libro de pedidos está creciendo", indica Álvaro Arístegui, de Ahorro Corporación.
El analista, quien también cree que anunciará este año el pago de dividendo, recuerda que con la llegada del nuevo equipo directivo se llevó a cabo una profunda reestructuración que está dando sus frutos y en que la que se primó "buscar un poco más de rentabilidad en los proyectos o en los contratos que licita y menos volumen".
Qué esperar de sus resultados
El consenso de mercado espera que el 28 de febrero Indra presente un beneficio de 137,8 millones de euros, lo que implicaría un crecimiento del 15% frente a 2018. Una mejora que continuaría en 2020 cuando se estima que gane un 14,7% más, hasta la cota de los 158 millones de euros, lo que supondría su mejor resultado desde 2011.
También destaca la bajada de su endeudamiento. Se prevé que en 2020 la ratio deuda/ebitda se sitúe en 1 vez, el nivel más bajo de la última década. "La reducción del endeudamiento viene como consecuencia del foco que ha puesto la compañía en la generación de caja", arguye Andrés Bolumburu. En 2015 Indra marcó un máximo cuando su deuda superó a su beneficio bruto en 7 veces, según los datos ofrecidos por FactSet.
Este año su endeudamiento sería el más bajo de la década, situándose en 1 vez
"Ser más rigurosa en los procesos a los que acude y tener mejores controles internos hace que la caja que está generando Indra se sitúe en el rango de los 180-200 millones de euros al año frente a los 75-100 millones que tenía en el periodo 2012-2015", apunta Manuel Lorente.
Otro de los aspectos en el que coinciden los expertos es que la mayor exposición de Indra a otros sectores, y menos a su negociado tradicional, como es la tecnología de la información, le generará más alegrías.
"Estamos viendo como sigue ganando proyectos y, además, en áreas importantes, como defensa o transporte, que incluso dan más rentabilidad o mejores márgenes que lo que es el área de tecnologías de la información", resalta Álvaro Arístegui.
Hace unos días se conocía que la Organización Europea para Equipamiento de Aviación Civil (Eurocae) ha confiado a Indra la presidencia del grupo que estandarizará la tecnología antidron para proteger aeropuertos. "Los vectores de aceleración de resultados asociados al segmento defensa es algo que veremos más en 2021 y sobre todo a partir de 2022. Defensa es mucho más recurrente, más visible, con márgenes muy superiores al tradicional negocio de Indra", añade Manuel Lorente.
Regresa al Eco10 tras más de tres años
En la última revisión del Eco10, el índice que elabora elEconomista con la colaboración de 50 casas de análisis y calculado por Stox, Indra fue una de las nuevas incorporaciones. La compañía ya había formado parte del selectivo, pero había que remontarse hasta junio de 2016. Entre sus fortalezas están el crecimiento de su cartera de pedidos, las ventas y la expansión de su margen ebit.