La compañía estadounidense obtiene tres cuartas partes de sus ingresos de la región de Asia-Pacífico, donde concentra su producción. De la mano de Samsung y Nokia, líderes en la implantación de redes 5G, vendrá su crecimiento. | Todo sobre el fondo asesorado por elEconomista, Tressis Cartera Eco30.
Era el verano de 1958. Estados Unidos, bajo la batuta del presidente Eisenhower, insistía en detonar bombas atómicas en sus atolones del Pacífico; la Nasa echaba a andar y el rock and roll de Elvis Presley empezaba a convertirse en la banda sonora de América.
Entretanto, un joven de nombre Jack Kilby, que acababa de incorporarse a su empleo de ingeniero en Texas Instruments, inventaba el primer circuito integrado, el microchip, la base de casi todos los dispositivos electrónicos que usamos cada día.
A Kilby acabaron por darle el Nobel de Física hace casi veinte años pero, como suele ocurrir con los grandes descubrimientos, son muchos los apellidos involucrados, como el de Robert Noyce.
El 75% de sus ingresos procedía de la región de Asia-Pacífico a comienzos de este año
Y así llegamos a Marvell Technology, uno de los mayores fabricantes de procesadores para el almacenamiento de datos y uno de los valores que forman parte del fondo asesorado por elEconomista, Tressis Cartera Eco30. La compañía se creó en Estados Unidos en 1995 y su especialidad son los productos de canal de fibra y los controladores de almacenamiento, así como las soluciones ethernet, los procesadores integrados y las soluciones de conectividad WiFi.
Todos estos tecnicismos imposibles para los no iniciados le reportarán un beneficio neto de 400 millones de euros en su año fiscal 2020, que termina en febrero (va un año por delante), después de haber registrado pérdidas de 153 millones el año anterior –el año en que adquirió la también compañía de semiconductores Cavium–.
A partir de ahí, el consenso de mercado que recoge FactSet prevé que duplique su beneficio entre 2020 y 2022.
Sus ventas se concentran en unos pocos y grandes clientes, como Western Digital, Toshiba y Seagate
Marvell es una empresa estadounidense, pero el 75% de sus ingresos procedía de la región de Asia-Pacífico a comienzos de este año. De hecho, sus operaciones de manufactura, ensamblaje y ensayos están repartidas por muchos países: China, Corea del Sur, India, Israel, Japón, Singapur, Taiwan y Vietnam.
Sin embargo, como subrayan desde la propia compañía, sus ventas se concentran en unos pocos y grandes clientes, como son Western Digital, Toshiba y Seagate –un 33% entre las tres–.
Si bien es cierto que la compañía californiana está más encarecida que sus competidores –el multiplicador de beneficios que incluye la deuda es de 28,9 veces frente a la media de 17,3 veces, entre las firmas con un tamaño en bolsa de más de 10.000 millones de euros–, también es cierto que recibe una impecable recomendación de comprar del consenso de los 26 analistas que la siguen –la segunda más clara del sector, por detrás de Microchip Technology–.
Microchip es uno de los competidores directos de Marvell en esta industria tan compleja, como también lo son Advanced Micro Devices, Aquantia, Broadcom, Intel y NXP, al que le acaba de vender su cartera de conectividad inalámbrica.
Pero es en la tecnología 5G donde Marvell destaca sobre el resto, gracias a la expansión de la red en Corea, Japón y Estados Unidos de la mano de Samsung y Nokia, que llevan sus chips por el mundo.