
La mayor compañía minera del mundo ha visto cómo el precio de sus acciones se desploma en bolsa este jueves, después de que la Serious Fraud Office (la agencia que lucha contra el fraude) del Reino Unido haya incoado una investigación por las sospechas de soborno que pesan sobre Glencore. | Todo sobre el fondo asesorado por elEconomista, Tressis Cartera Eco30.
Los títulos de la firma con sede en Suiza han perdido un 9% de su valor con respecto al cierre del miércoles y cotizan en la zona de las 2,169 libras. Es su mayor caída desdel 8,1% que cayó el 3 de julio de 2018.
Durante un momento, cuando el precio de la acción perdía un 8,4%, la Bolsa de Londres suspendió la cotización de Glencore, que se retomó poco después.
De este modo, la acción vuelve a zona de mínimos del año, aunque no rebasa este nivel, que se encuentra en las 2,146 libras que registró el pasado 15 de agosto. La caída agrava las pérdidas de Glencore en el parqué a lo largo de 2019, que ya superan el 20%, y sitúan a la compañía entre las diez más bajistas del año en el FTSE 100, el índice de referencia de la Bolsa de Londres.
¿Por qué se investiga a Glencore?
Las autoridades británicas, en concreto, la Serious Fraud Office, sospecha que Glencore ha incurrido en prácticas de soborno de forma habitual en sus negocios. La compañía ha asegurado que cooperará con el proceso, que se suma a la investigación abierta en Estados Unidos por el Departamento de Justicia por presunta corrupción y lavado de dinero. De hecho, la multinacional ya ha sido citada por documentos que la implican en el lavado de dinero en Nigeria, la República Democrática del Congo (donde están las minas de Katanga) y en Venezuela.
"Los comerciantes de materias primas han sido tradicionalmente proclives a hacer negocios en muchos de los países más empobrecidos y corruptos del mundo. Y durante mucho tiempo han dependido de agentes -intermediarios que trabajan a comisión- para ayudarles a cerrar acuerdos", apuntan desde Bloomberg.
Si bien la compañía ha dado pasos positivos en relación a este asunto, según explican desde Jefferies, "la compañía todavía será percibida como de alto riesgo hasta que acaben las investigaciones", sostiene el analista Christopher LaFemina.
A comienzos de la semana, el consejero delegado de Glencore, Ivan Glasenberg, dejó caer que su despedida podría estar más cerca de lo que se podría esperar. Lleva desde 2002 al frente de la compañía y es su segundo mayor accionista, con una participación del 9%, según informan desde el diario británico The Telegraph.
El respaldo de los analistas se mantiene
Glencore ha recuperado la recomendación de comprar que perdió entre mediados de agosto y comienzos de noviembre, y se prevé que finalice el presente ejercicio con una caída del beneficio operativo (ebitda) del 15% con respecto a 2018, hasta descender a los 10.099 millones de euros. No obstante, se estima que crecerá un 23% entre 2018 y 2021, año este último en que superará los 12.000 millones de euros.
"En agosto, Glencore dio detalles de sus planes para cambiar el rumbo de Katanga y Mopani [sus minas en la República Democrática del Congo y Zambia]. Los activos combinados de cobre en África (Katanga, Mutanda, Mopani) declararon un ebitda negativo de 319 millones de dólares en la primera mitad de 2019", explican desde el equipo de análisis de Deutsche Bank Research.
Sin embargo, prevén que "las pérdidas deberían reducirse en la segunda mitad de 2019 con el objetivo de algo más de 500 millones de dólares para este año". Para 2021, se espera que la mina de Katanga alcance su máxima capacidad de 300 kilotones por año de cobre y 30 kilotones por año en cobalto.