Bolsa, mercados y cotizaciones

Cuanto peor sean los datos 'macro' de Alemania, mejor para la bolsa

  • La debilidad de la economía germana obligará al Gobierno a aplicar estímulos
Angela Merkel. Foto: Reuters.
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La economía de Alemania esquiva la recesión técnica por la mínima y el Gobierno aplaza la necesidad de aplicar los estímulos fiscales y las inversiones que exigen instituciones como el BCE o el FMI y los empresarios del país para aplacar el impacto de la guerra comercial. Una respuesta que, además, los expertos consideran que daría continuidad a las subidas de las bolsas en 2019.

El cuanto peor mejor con el que se enredó Mariano Rajoy en 2017, en uno de sus más sonados trabalenguas conceptuales siendo presidente del Gobierno, ahora sí tiene sentido, y lo tiene concretamente para el mercado. Cuanto peor salgan los datos macroeconómicos de Alemania, más posibilidades de que el Ejecutivo del país abandone su posición conservadora y ejecute un plan de estímulos que amortigüe el aterrizaje de su economía y de la del resto de la eurozona, lo que debería beneficiar directamente a la bolsa y dar continuidad a las subidas.

"Que caiga la producción alemana no es mala noticia: presiona al Gobierno para que haya reformas y estímulo fiscal, las dos cosas que demandan el Banco Central Europeo (BCE), los sabios económicos del país, los empresarios y el FMI", observaba recientemente Víctor Alvargonzález, fundador de Nextep Finance, quien reconoce que "los mercados tienen reglas a veces distintas a la economía real". "Hasta ahora, las medidas fiscales llevadas a cabo han sido muy limitadas, así como en pensiones y el ámbito laboral, las cuales consideramos negativas para la deuda y que empeoran la flexibilidad y las perspectivas de crecimiento", critican desde la agencia de rating Moody's.

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El punto de inflexión para esta dinámica podría haber sido el dato de crecimiento trimestral del PIB de la conocida como locomotora de Europa. Los expertos esperaban, de media, que entrara en recesión técnica –dos caídas consecutivas de la actividad económica– como consecuencia de la guerra comercial, del Brexit y de la desaceleración propia del final del actual ciclo económico expansivo, pero finalmente la esquivó gracias "al avance del consumo privado y del gasto público y a una mejoría del comercio exterior", resume Olivia Álvarez, de Monex Europe. Pero hay muchas otras cifras que presionan al Gobierno de Alemania para que saque la artillería que suponga otro empujón para el Dax 30, que en 2019 sube ya cerca de un 25%, con los principales valores industriales marcando el ritmo en las últimas semanas de distensión comercial.

Para empezar el PIB se revisa el próximo viernes, y la última vez fue a la baja. Además, el pasado martes se conoció la encuesta Zew sobre sentimiento empresarial y, aunque recuperó terreno, permaneció en niveles de contracción de la actividad, al igual que apuntan indicadores adelantados como el PMI de fabricación, que se espera que el mismo 22 de noviembre se hunda hasta mínimos de los últimos años en su lectura de noviembre.

Guerra comercial

"En un mundo cada vez más proteccionista, plagado de crecientes tensiones comerciales, la economía alemana está claramente sufriendo: el conocido índice de confianza empresarial Ifo del país ha tenido una fuerte tendencia a la baja, con el componente de expectativas, altamente correlacionado con el PIB, cayendo al nivel más bajo en una década en septiembre", destacan desde Pimco. "La industria alemana depende mucho del ciclo de inversión global, dada su mezcla específica de productos", indica Gilles Moëc, economista jefe de Axa IM, quien explica que "por ello, aunque es posible ver alguna mejora una vez que la tregua comercial comience a influir en el sentimiento económico de los Estados Unidos, puede ser demasiado tarde para que Alemania evite un contagio total".

"De hecho, los últimos resultados del índice PMI en el país indican una profunda entrada de la actividad manufacturera en el territorio de recesión y sería necesario ver un repunte mucho más significativo de la actividad para asegurarse de que puede ser cortada de raíz", continúa el experto, quien señala que "las conversaciones sobre cierta flexibilidad fiscal siguen cobrando impulso" y que, tal y como apunta la Comisión Europea, "el estímulo para (Alemania) este año terminará siendo más cercano al 0,5% del PIB".

"Después de años de crecimiento mediocre, el ascenso de los partidos populistas aumenta claramente la presión sobre los partidos principales y la UE para adoptar políticas fiscales más favorables al crecimiento", añaden desde Julius Baer, en referencia a la fuerte presencia de organizaciones euroescépticas y de ultraderecha como la Afd en la propia Alemania, La Liga en Italia o Vox en España. "Sin duda, la primera economía de la eurozona está en el contexto y tiene los medios para impulsar la economía significativamente con estímulos fiscales", asegura Citi, que considera que "los planes para 2020 son modestos, pero la amenaza de recesión eventualmente puede superar la resistencia de los votantes y los políticos y empujar al Gobierno a abrir sus arcas para hacerlo".

La objeción del banco de inversión es que estas medidas pueden "crear fácilmente nuevos desafíos a más largo plazo, incluida una mayor volatilidad a medida que el Gobierno intenta gestionar el crecimiento", así como "nuevos problemas de competitividad, pérdida de recursos y problemas de riesgo moral, ya que ciertas industrias disfrutarían de una protección especial".

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