
Las previsiones hablan por sí solas: en los mercados desarrollados la inversión aprovisionamiento y eficiencia energética alcanzará los 67.000 billones entre 2016 y 20140, de los cuales, ocho serán en renovables y 7 en transmisión eléctrica. El tráfico de contenedores se triplicará entre 2011 y 2032, el de pasajeros aumentará un 160% entre 2014 y 2034, y la inversión requerida en infraestructuras relacionadas con el Agua alcanzará los 655.000 millones entre 2011 y 2030.
Con esta perspectiva, y bajo la tesis de que el consumo de infraestructuras está presente en las 24 horas del día, desde que nos levantamos, duchamos, hacemos el desayuno, utilizamos una autopista, cogemos un avión o un tren, la gestora Rare Infraestructura, especializada en la inversión en compañías globales de infraestructuras cotizadas en bolsa, ofrece la posibilidad de invertir en una megatendencia que, aunque comparta con otros temáticas la perspectiva de un aumento de la población y de cambios de consumo, "es un tema que no está impulsado por una moda y que tiene recorrido a medio y largo plazo", asegura Javier Mallo, responsable de Legg Mason para España y Portugal.
Entre las ventajas de que ofrecen las infraestructuras cotizadas, Mallo enumera la liquidez que ofrecen, el acceso que ofrece a clientes retail y no sólo al institucional como sucede con las infraestructuras físicas, una cartera diversificada en función del momento de mercado, su coste –no es lo mismo adquirir un aeropuerto que una compañía que gestione aeropuertos- y la capacidad de encontrar más oportunidades. "Lo que importante es que siempre hay un activo detrás que garantiza una actividad, ya sea un aeropuerto, una autopista o la red eléctrica", especifica.
Pero a la hora de seleccionar, ¿qué requisitos deben cumplir estas firmas? "Buscamos infraestructuras que tengan activos físicos que soporten el valor de la compañía y flujos de caja consistentes y previsibles a largo plazo", destaca Mallo. Entre ellos cita las gestoras de peajes, aeropuertos, trenes y puertos y destaca a Red Eléctrica y Ferrovial como las dos representantes españolas que actualmente se encuentran en su cartera.
Por otra parte, "en renta fija cada vez es más complicado encontrar rentabilidad y en este fondo se están encontrando esos yields", señala el experto. La rentabilidad por dividendo actual es del 4,2% pero con una previsión de crecimiento hasta el 6%.
El principal factor que refuerza su tesis de inversión es la previsión de que "desde ahora hasta 2030 se espera que se duplique la inversión en infraestructuras a nivel global"y que "en 2050 se espera que se duplique la población mundial respecto a 1950", señala el responsable de Legg Mason en Iberia. Esta cifra se alcanzará, por una parte, en los países desarrollados donde ya existen infraestructuras pero necesitan mantenimientos y mejoras, y en los países en vías de desarrollo, con más población, en proceso de urbanización.
¿Quién va a pagar esto? Se pregunta Mallo. "Los Gobiernos llamarán al capital privado que son capaces de construir, mantener y gestionar las infraestructuras a medio y largo plazo, por lo que son estas compañías las que tienen ese flujo recurrente y revisable", razona.
El experto recuerda que RARE no es algo que haya surgido ahora, ya llevan más de 15 años trabajando, lo que ofrece varias ventajas, como la gestión de una manera conservadora y la capacidad de contener las pérdidas en momentos de alta volatilidad. "Si de media el mercado sube un 100%, conseguimos un 69%, pero si el mercado cae un 100%, sólo caemos un 55%. Evitamos un porcentaje importante de esa caída", explica. De hecho, otra de las fortalezas del fondo su capacidad de cambiar a otro tipo de infraestructuras según el momento de mercado.
El RARE 200 es el universo de inversión que ha creado la gestora a partir de valores que cumplan con los siguientes requisitos: un porcentaje de infraestructuras en el volumen de negocio, la calidad de esas infraestructuras, la capacidad de perfilar en función de la liquidez, el análisis fundamental de estas compañías a partir del riesgo regulatorio, sus dividendos, y si la rentabilidad requerida es superior a la rentabilidad real.
En concreto, el fondo actualmente está posicionado de manera defensiva con un 70% en utilities, con un potencial medio del 12,2% y una exposición a emergentes acotada a un máximo del 25%.