
Las grandes aseguradoras europeas están viendo cómo los expertos recortan sus previsiones de ganancias para ellas de cara a este año y los próximos. En concreto, las 10 mayores por capitalización (los tres gigantes del sector son Allianz, Axa y Zurich) han visto caer sus estimaciones de beneficio neto para 2019, de media, en un 4,4%, y las de 2020 y 2021 en sendos 1,6%.
Mención aparte merece Mapfre (que ocupa el puesto 21 por capitalización en Europa, con 7.400 millones de euros de valor bursátil), que sufre un rejonazo mucho mayor, superior al 9% para este año, al 10% para el próximo y al 14% de cara a 2021. La española ha visto, por otro lado, cómo su recomendación se deterioraba desde el mantener que lucía el pasado 31 de diciembre hasta el vender con el que carga a día de hoy.
En un escenario de tipos bajos que se prolonga cada vez más y que ha cambiado muy rápidamente (a comienzos de año el mercado descontaba subidas del precio del dinero, mientras que ahora se da por segura una bajada en septiembre) el sector asegurador se enfrenta a un complejo problema: buena parte de sus beneficios proviene de invertir las primas de sus clientes en renta fija a largo plazo (la renta fija es el activo que más pesa en sus carteras de inversiones), y a estas compañías les será difícil encontrar rentabilidades atractivas cuando llegue el momento de renovarlas.
En un informe publicado a comienzos de este mes, JP Morgan recortaba sus estimaciones para Allianz, Axa y Generali de cara a 2020 y 2021 en torno a un 2% y a un 4%, respectivamente, "para reflejar la caída de las rentabilidades de sus inversiones".
En otro informe sobre el sector, el equipo de análisis de UBS ponía de relieve que "los bajos tipos de interés y las reducidas rentabilidades de los bonos siguen ejerciendo presión en los balances al reducir los ingresos financieros". Los retornos actuales de las carteras de las aseguradoras, explicaban desde la entidad, se sitúan entre el 2,4 y el 3,5% (con duraciones de entre ocho y diez años para las carteras de vida y de en torno a dos o tres años para las de no vida), mientras que la rentabilidad actual de la deuda corporativa en euros es del 0,38% y la gubernamental ofrece un nimio 0,02%, según recoge Bloomberg.
Más del 64% en renta fija
El caso de Mapfre, con un 74% de su cartera en renta fija -36.517 millones de euros a cierre de 2018-, es llamativo. De media, las aseguradoras de la eurozona tienen en este activo el 64% de sus inversiones, según los datos del servicio de estudios de Mapfre.
Del 74% de la cartera de Mapfre que está invertido en renta fija, la inmensa mayoría (un 56,4%) lo está en bonos gubernamentales, y el resto en corporativos. En el caso de la eurozona, ese peso está mucho más repartido: del 64% mencionado, el 32% es deuda soberana y el 32% restante, bonos emitidos por empresas.
Precisamente las bajas rentabilidades de la renta fija, explica Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, están llevando a muchas aseguradoras a optar por las inversiones alternativas, desde las de tipo inmobiliario hasta los fondos de capital riesgo o los hedge funds.