
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, bromeó recientemente en Twitter sobre su polémico interés por hacerse con Groenlandia publicando una foto en la que se incluye un descomunal edificio dorado con el logo de su archiconocido apellido.
"¡Prometo no hacer esto a Groenlandia!, rezaba el texto. Sin embargo, en un momento en que las tensiones comerciales entre Washington y Pekín continúan a flor de piel, las tierras raras acumuladas en esta isla de 2,2 millones kilómetros cuadrados se prometen mucho más apetecibles que cualquier complejo inmobiliario.
I promise not to do this to Greenland! pic.twitter.com/03DdyVU6HA
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 20, 2019
A medida que la consolidación y una mayor regulación del sector de las tierras raras en China se ha convertido en una granada en la recámara para el gigante asiático, Groenlandia puede convertirse en una nueva fuente importante de estos elementos, particularmente aquellos considerados clave para el creciente sector electromagnético. Dentro de su territorio, cerca de la ciudad de Narsaq, se encuentra el conocido como el proyecto Kvanefjeld, uno de los depósitos de tierras raras más grandes del mundo.
El proyecto comprende tres depósitos vinculados (Kvanefjeld, Zona 3 y Sørensen). Estos tres depósitos contienen 1.000 millones de toneladas de minerales, con una gran presencia de steenstrupina, que alberga tanto tierras raras como uranio en cantidades significativas, según el Johnson Matthey Technology Review, una publicación especializada.
Se estima que Groenlandia posee 38,5 millones de toneladas de óxidos de tierras raras, mientras que las reservas totales para el resto del mundo se sitúan en alrededor de 120 millones de toneladas, de acuerdo a los datos publicados por el Financial Times. El proyecto Kvanefjeld es propiedad de Greenland Minerals and Energy (GME), que adquirió dicha área en 2007 y ha invertido aproximadamente 60 millones de dólares en su desarrollo.
EEUU firmó recientemente un memorando para cooperar con el territorio autónomo en la extracción de tierras raras con el fin de promover la inversión en el sector así como asegurar suministros alternativos si China optase por restringir las exportaciones al país.
El subsecretario de Estado de EEUU especializado en recursos energéticos, Francis R. Fannon, señaló que "Groenlandia tiene una impresionante dotación de recursos" por lo que a través de este acuerdo, "se busca maximizar las oportunidades para desarrollar sectores clave de energía y minerales", añadió. "Como socio geopolítico importante, queremos asegurarnos de que Groenlandia busque un entorno propicio para atraer inversiones diversas y privadas para lograr sus propios objetivos de seguridad energética y de recursos minerales", aclaró.
En estos momentos, China domina la producción mundial de estas tierras raras, un grupo de 17 metales difíciles de comercializar pero críticos para aplicaciones de alta tecnología, incluidos vehículos eléctricos, turbinas eólicas y tecnología militar. Más del 70% se extrae, e incluso se procesa, en el gigante asiático.
Según señalaba el FT, el mayor accionista de Greenland Minerals es el productor chino Shenghe Resources. Tanbreez Mining, una empresa australiana de propiedad privada, es la otra gran compañía mejor posicionada para aprovechar el potencial de las tierras raras en Groenlandia. Una meta difícil de lograr dada la burocracia de la isla.
El desarrollo de recursos de la capital de Groenlandia se ve como una ruta factible para la generación de empleo y lograr una mayor independencia de Dinamarca, que en estos momentos costea más de la mitad del presupuesto anual de la isla. Dicho esto los avances son tímidos y el Ministerio de Recursos Minerales y Trabajo destaca que su principal preocupación es proteger el medio ambiente y la salud pública.