
En una de las semanas más activas que se recuerdan desde que empezó el conflicto comercial entre China y Estados Unidos, el gigante asiático está valorando la posibilidad de dar un paso más en la apertura de sus mercados a los inversores internacionales.
Según explica Bloomberg, citando fuentes confidenciales con acceso a la información, el país está pensando en eliminar la prohibición de invertir contra el mercado a través de futuros, además de empezar a permitir al inversor internacional que invierta en bolsa y en materias primas del país sin la necesidad de recibir una aprobación y cuota del Gobierno chino. Además, Pekín estaría pensando en lanzar un nuevo abanico de productos financieros, como futuros sobre el índice MSCI China A, e incluso elaborar un índice de volatilidad de la bolsa que sea una referencia para hipotéticos derivados financieros que se puedan lanzar a la venta en el futuro.
Se trataría de un paso más en la tendencia aperturista que mantiene el país durante los últimos años, en los que, entre otras cosas, ha permitido la compra de acciones de la bolsa de Shanghai a inversores internacionales a través de Hong-Kong, a finales de 2014.
En 2017 tomó una medida similar para el mercado de bonos. Sin embargo, según explican desde agencia de noticias, la imposibilidad de utilizar coberturas de forma sencilla ha sido siempre un lastre para los inversores, y para muchos institucionales estos instrumentos son clave para poder hacer coberturas de sus inversiones.
Otras medidas más recientes incluyen la autorización para que los inversores internacionales tengan mayoría en las empresas de participación conjunta que operen en China, y las autoridades han anunciado que en 2020 eliminarán los límites que existen para los extranjeros en la participación del capital de empresas en el país.
Según los datos de finales de marzo que maneja la agencia, los inversores extranjeros son propietarios de cerca del 3% de la capitalización de los valores chinos y en torno al 2% en los bonos.
Señales de estabilidad
Este jueves fue una jornada tranquila para los mercados, después de que China marcase el precio de apertura del yuan frente al dólar en un nivel más fuerte de lo que se esperaba. La divisa arrancó la jornada en los 7,0039 yuanes por dólar y aunque fue el nivel más bajo en el que se establecía el yuan desde 2008 y superó la barrera psicológica de los 7 yuanes por dólar, las expectativas eran todavía peores, ya que apuntaban a los 7,0156 yuanes por dólar, según una encuesta elaborada por Bloomberg a 21 analistas. El mercado, de hecho, compró yuanes durante la jornada, de forma que la divisa terminó el día con una subida del 0,21% frente al dólar, hasta los 7,045 yuanes.
El jueves, a cierre de bolsa europea, el yuan acumulaba una caída anual del 2,37% frente al dólar.