
En el tablero económico mundial no se da puntada sin hilo y la Administración de Donald Trump es consciente que designar oficialmente a China como un "manipulador" de su divisa es una píldora difícil de justificar especialmente en el seno del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La institución capitaneada de forma interina por David Lipton señaló el pasado mes en su Informe sobre el Sector Externo que el valor de la moneda del gigante asiático era apropiado, mientras indicó como entre 2007 y 2018 su apreciación real acumulada fue del 35%.
No obstante, Lipton destacó a comienzos de junio, cuando la misión de turno del FMI completó su revisión de la segunda mayor economía del mundo, bajo el auspicio del Articulo IV que rige a los 189 de la organización multilateral, que dada la incertidumbre derivada de las tensiones comerciales y otros factores "la flexibilidad del tipo de cambio debería aumentar para facilitar el ajuste al nuevo entorno externo".
Sin embargo, a la espera de la publicación del informe más reciente, sus funcionarios ya determinaron el año pasado que el yuan seguía "en línea con los fundamentos" y dio la bienvenida al aumento de la flexibilidad del tipo de cambio, "que debería continuar". Un mensaje que no debería cambiar en su próxima entrega.
De esta forma, el Fondo, que incluyó al yuan en su cesta de divisas de reserva en octubre de 2016, donde supone un 10,92% a la hora de calcular los derechos especiales de giro, el activo de reserva de la institución, no se mostrará a favor de apoyar la causa de Estados Unidos, su principal miembro.
La presión americana
"China no está manipulando su moneda según los estándares del FMI y su artículo IV", explica a elEconomista, Gary Hufbauer, ex funcionario del Departamento del Tesoro de EEUU y actual miembro del prestigioso Peterson Institute for International Economics (PIIE, por sus siglas en inglés). Dicho esto, indica como la administración Trump podría utilizar la necesidad de elegir al próximo dirigente de la institución como un elemento de presión.
Es por ello que la candidatura europea de Kristalina Georgieva, actual consejera delegada del Banco Mundial, podría verse en peligro. "Trump podría condicionar el voto de EEUU a cambio de que el próximo director gerente orqueste una enérgica investigación del Fondo sobre su reclamo a la manipulación de la divisa china", explica, asegurando que tal situación ejercería un gran daño al Fondo pero no es algo descabellado, a la luz del tratamiento de la administración estadounidense de la Organización Mundial de Comercio.
Tradicionalmente, Washington siempre ha apoyado la candidatura europea a la hora de seleccionar al capitán del FMI mientras el Viejo Continente ha devuelto el favor avalando al candidato estadounidense a la presidencia del Banco Mundial. El respaldo del principal donante del Fondo es crucial especialmente en un momento en que los miembros de países emergentes han mostrado su malestar con esta regla implícita.
El problema de la edad
En esta ocasión, además, el futuro nombramiento de Georgieva llega con una complicación añadida. Y es que los estatutos del FMI establecen que el director gerente de la institución debe ser menor de 65 años. El Fondo ha asegurado que el límite de edad podría llegar a modificarse incluso después de que finalice el período de nominación el próximo 6 de septiembre. No obstante, también han explicado que el candidato no puede asumir el cargo hasta que se modifiquen los estatutos de la institución.
La decisión de cambiarlos requiere un voto del Consejo de Gobernadores del FMI, compuesto por el máximo representante de sus 189 miembros, generalmente el ministro de finanzas o el banquero central de cada país. Por su parte, el Consejo Ejecutivo del FMI, formado por 24 miembros permanentes elegidos por los países individuales o grupos de países, es quien entrevistará y valorará los pros y contras de los aspirantes a liderar la institución multilateral.
Más presión sobre la Fed
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está dispuesto a recordar diariamente su malestar con la Reserva Federal y el poderío de la divisa estadounidense. En una nueva serie de tuits, el inquilino de la Casa Blanca volvió el jueves a culpar a la política monetaria del banco central estadounidense de los problemas que enfrentan algunas de las grandes compañías del país.
As your President, one would think that I would be thrilled with our very strong dollar. I am not! The Fed's high interest rate level, in comparison to other countries, is keeping the dollar high, making it more difficult for our great manufacturers like Caterpillar, Boeing,.....
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 8, 2019
"El alto nivel de tasas de interés de la Fed, en comparación con otros países, está manteniendo alto al dólar, lo que hace más difícil las cosas a nuestros grandiosos manufactureros, como Caterpillar, Boeing, John Deere, o a nuestras automotrices y otras empresas, para competir en un campo equilibrado", destacó el mandatario republicano. De esta forma Trump atacó nuevamente a la Fed y su presidente, Jerome Powell, que el pasado 31 de julio rebajaron los tipos de interés en 25 puntos básicos por primera vez desde diciembre de 2008.
Según su parecer, si el banco central de EEUU implementase "recortes sustanciales", ya que de acuerdo a sus perspectivas "no hay inflación" y frenase sus ajustes cuantitativos, algo que ya se materializó en la reunión del pasado mes, el dólar haría posible que las empresas estadounidenses "ganen contra cualquier competencia".
Críticas a Powell
"Tenemos las mejores empresas del mundo, pero desafortunadamente no se puede decir lo mismo de nuestra Reserva Federal", agregó. El dólar no experimentó grandes reacciones a los tuits de Trump. Al fin y al cabo, el mandatario ya reclamó un día antes a la Fed que redujera las tasas de interés de forma "más profunda y más rápida" que el recorte de un cuarto de punto que se materializó la semana pasada. El republicano no siembre ha favorecido un dólar más débil. En 2012, mucho antes de anunciar su candidatura, el por aquel entonces empresario inmobiliario criticó a la Fed por "destruir el dólar".