
La reunión del Banco Central Europeo (BCE) que tiene lugar esta semana no va a ser un encuentro de trámite para el consejo de gobierno de la entidad. Muchos inversores esperan con interés las pistas que pueda dejar el organismo europeo, que parece listo para dar un nuevo giro acomodaticio a sus políticas, pero por otro lado el BCE tiene que salir a la palestra a sólo una semana de margen hasta la reunión de la Reserva Federal estadounidense, que será clave en la decisión que pueda adoptar Draghi.
Los expertos encuestados por Bloomberg creen que el organismo europeo optará por que su presidente se limite a cambiar el discurso oficial, preparando el terreno para un recorte de tipos que llegaría en septiembre. El nuevo programa de estímulos (QE), en forma de compras de deuda, empezaría en 2020, según la opinión de los expertos, pero el BCE se guardará de dar detalles hasta después del verano, también en la reunión de septiembre. ¿Quién es quién en el BCE de Lagarde?
El recorte de tipos
Lo primero que se estarán preguntando muchos inversores es cuándo habrá nuevas noticias por parte de Draghi, ya que el cambio de pie del organismo hacia una postura más acomodaticia todavía no se ha hecho oficial por parte del organismo. El 79% de los encuestados cree esta semana habrá cambios en el mensaje y, a su vez, el 80% de estos expertos creen que el cambio será "reconocer la posibilidad de una o más bajadas de tipos".
Según los resultados de la encuesta, los señores del dinero esperarán a que llegue septiembre, tras el parón veraniego, para mover tipos. Los analistas creen que entonces el BCE bajará la facilidad depósito aún más, hasta el -0,50%, 10 puntos básicos por debajo del nivel actual. Eso sí, los resultados de la encuesta apuntan a que los tipos de interés de referencia se mantendrán sin cambios, en el 0% actual, al menos hasta entrar en 2021.

"Esta semana esperamos que el BCE anuncie que espera que los tipos se mantengan en los niveles actuales, o más abajo, hasta finales de 2020. Esto permiría que el organismo baje tipos tan pronto como septiembre", explican desde S&P Global Ratings, y señalan que "incluso teniendo en cuenta que la facilidad de depósito está ya en negativo, el BCE tiene espacio para recortar al menos 10 mpuntos básicos sin llegar a su límite efectivo", el punto en el que el BCE se habría quedado sin espacio para maniobrar.
Desde Citi también consideran probable que haya un cambio en el discurso del economista italiano esta semana: "No creemos que el BCE se sienta bajo suficiente presión como para hacer anuncios importantes", explican, pero consideran que "de cara a borrar las dudas sobre su intención de actuar si es necesario, y para fortalecer su lenguaje, el BCE podría añadir en su discurso oficial una frase sobre la posibilidad de reactivar las compras de deuda y también sobre bajada de tipos en próximos meses".
Otra ronda de 'QE'
Además del recorte de tipos, muchos expertos tienen claro que el BCE se va a ver obligado a reactivar el programa de compras de deuda. La eurozona apenas lleva medio año sin el oxígeno asistido que le ha proporcionado el BCE por esta vía durante los últimos años, y ya se vuelve a especular con su regreso. La encuesta muestra cómo el 58% de los analistas espera que vuelva el programa en algún momento, cuando en junio eran minoría los que lo esperaban, con un 42%.
Los resultados de la encuesta apuntan a que los tipos de interés de referencia se mantendrán sin cambios, en el 0% actual, al menos hasta entrar en 2021.
La configuración del QE que más se repite en la encuesta apunta a un programa que empezará en enero de 2020 y que durará 12 meses, en los que el BCE comprará 40.000 millones de euros. Así, se trataría de un paquete de estímulos por valor de casi medio billón de euros, inyectados en bonos de compañías y de deuda soberana a lo largo de todo 2020. De ser así, sería mayor que la cuantía que esperan desde Citi, que señalan a 360.000 millones en total.