
El Amazonas es la selva tropical más vasta del globo y sirve como depósito para el 10 por ciento del dióxido de carbono almacenado en el planeta azul, el gas que calienta los polos una vez liberado. Alberga unas 40.000 especies de plantas y 2,5 millones de insectos –cada dos días se registra una nueva especie, según la organización conservacionista WWF– | | Todo sobre el índice Eco30: qué es y quién lo compone.
La Amazonia es uno de los grandes patrimonios terrícolas, pues por su magnitud regula el clima del planeta. De ahí que cuando las lluvias torrenciales provocaron un vertido de aguas contaminadas desde la refinería de aluminio de Norsk Hydro al río Pará, uno de los afluentes del Amazonas, en 2018, tanto las autoridades como la Justicia brasileñas impusieron un embargo a la mitad de la producción de la factoría, que se levantó al fin en mayo.
En la planta de Alunorte se produce más aluminio que en ningún otro lugar del mundo fuera de China, y junto a la mina de bauxita en Paragominas son los estandartes de Norsk Hydro en Brasil, la firma destacada esta semana del fondo asesorado por elEconomista, Tressis Cartera Eco30.
Desde aquel vertido, los precios del aluminio en la bolsa, que marcaron máximos de diez años en abril de 2018, han caído un 27%, aunque han remontado en los últimos treinta días. Algo que favorecería el crecimiento de las ganancias de la compañía: se prevé un aumento del beneficio neto del 56% entre 2018 y 2021, año en que rozaría los 700 millones de euros –una cifra aún distante de los 2.140 millones de 2006–.
No obstante, desde la perspectiva del conjunto, Norsk Hydro es la tercera empresa del sector que más verá crecer sus ganancias entre las 15 que cuentan con un valor bursátil superior a los 5.000 millones de euros. Entre ellas, además, recibe la mejor recomendación de compra del consenso de mercado que recoge FactSet, y, pese a que sus beneficios son un 42% más caros que los de la media del sector, lo cierto es que ofrece el cuarto dividendo más rentable para este año (un 4,13%).
"Hydro es uno de los mayores productores de aluminio del mundo, y de más bajo coste, por las ventajas de su integración vertical y la propiedad de fundiciones movidas por energía hidroeléctrica en Escandinavia", argumentan los analistas de JP Morgan.
Sin duda, los últimos tiempos han sido todo un desafío para la firma noruega, y no solo por funcionar a medio gas en Brasil, sino también por el ataque de ransomware que sufrió a comienzos de este año y que ya le ha costado casi 50 millones de euros. Pero "la recuperación de sus operaciones está en camino, aunque la presión sobre los precios [de los materiales] continúa deprimiendo los beneficios", apuntan desde Deutsche Bank.
Para evitarse sustos, Norsk Hydro invirtió en mejoras del tratamiento de aguas en el Amazonas, un bosque cuya mayor amenaza es, en cambio, la agricultura, como reconoce la ONU, y que también atañe a los europeos, pues la Guyana Francesa es un territorio de ultramar de la UE.