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Cuidado con la letra pequeña: el coste de gestionar un fondo de bolsa española es del 1,6%, pero el real sube al 2%

  • La comisión de gestión no es el único gasto que debe valorar un partícipe
La comisión de gestión no es lo único que debe valorarse en un fondo

Aunque es el principal, la comisión de gestión no es el único gasto que debe valorar un partícipe. La letra pequeña encarece la factura final.

"Crucero por el Mediterráneo, ocho días, 600 euros. Salidas todos los lunes de agosto desde Barcelona. Últimas plazas disponibles". Este reclamo ficticio, nada descabellado de encontrar cuando uno empieza a fantasear con su destino vacacional sin descartar ninguna posibilidad, no tiene en cuenta los otros gastos que puede generar este viaje. Entre los que se incluyen, por ejemplo, las propinas (obligatorias) que establece cada naviera y que no siempre se incorporan en el precio del billete, el coste de los refrescos a bordo, o las propias excursiones que, salvo en el caso de los más previsores, se acaban contratando a precio de oro en el barco. Todo ello puede elevar el presupuesto inicial más de lo previsto. Salvando las distancias, en los fondos de inversión sucede algo similar y es que entre las primeras cosas que se hacen antes de tomar la decisión es mirar la comisión de gestión, por eso de que es el gasto más elevado que se va a asumir. Pero tampoco será el único.

A lo que cuesta delegar las decisiones de inversión en un gestor, deben añadirse el resto de gastos corrientes en los que incurre un fondo anualmente y que se restan directamente de su valor liquidativo. Este dato se encuentra publicado en el folleto del producto que la gestora registra en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el concepto para identificarlo es el de gastos corrientes anuales (si lo consulta por otras vías también podrá encontrarlo como OGC, Ongoing Charges, por sus siglas en inglés). "Se calcula como el total de los costes dividido por el total del patrimonio. Se expresa de manera porcentual y significa el porcentaje del valor de los activos que es coste soportado por el partícipe del fondo", explica Victoria Torre, responsable de desarrollo de contenidos, productos y servicios en Self Bank. Entre los gastos corrientes de un fondo, dice, se incluyen la comisión de gestión, la comisión de depósito, el gasto de intermediación de las operaciones de compra y venta, los gastos de auditoria y, en definitiva, todos los cargos que afectan al fondo. "En el OGC no estarán incluidos, sin embargo, otros gastos no corrientes, como la comisión de éxito. Y tampoco los costes de transacción", puntualiza Torre.

De este modo, si la comisión de gestión media que cobran los 25 mayores fondos de bolsa española se sitúa en el 1,64%, según datos de Morningstar, cuando se añaden el resto de costes corrientes de estos productos los gastos crecen hasta el 1,83%, de media (es decir, que el partícipe, en realidad, paga 0,2 puntos porcentuales más).

El Gran Ducado es más caro

Por fondos, las mayores diferencias entre la comisión de gestión y los gastos corrientes se producen en dos que están domiciliados en Luxemburgo. Se trata del EDM International Spanish Equity R (la réplica de EDM-Inversión R en el Gran Ducado) y del Fidelity Iberia A. En el caso del primero, la comisión de gestión es del 1,25%, pero, cuando se incluyen el resto de gastos, el porcentaje aumenta hasta el 2,63%. En Fidelity Iberia, en cambio, la comisión de gestión se sitúa en el 1,50% y los gastos corrientes en el 1,93% -ver gráfico-.

Coste real de los 25 mayores fondos de bolsa española

"Ese 0,43% adicional sobre la comisión de gestión incluye gastos administrativos, de custodia, impuestos... Excepto la comisión de suscripción, que se puede aplicar pero lo haría (y cobraría) la entidad financiera que lo distribuye y la comisión de reembolso, que no tiene", explican desde Fidelity. Esas dos comisiones, al no ser gastos corrientes, no se incluyen en esta ratio. Que "ese diferencial sea más o menos alto ya depende puramente del coste de esos gastos, como en todos los productos los hay más y menos baratos en función de lo que cobren los proveedores de esos servicios", apuntan en la gestora. El hecho de que el fondo pertenezca a una sicav luxemburguesa y no se gestione en España también puede encarecerlo, porque los gastos de los fondos son más elevados en Luxemburgo, según explican en otra gestora que prefiere no ser citada.

EDM y Fidelity no son las únicas firmas que ofrecen fondos de bolsa española de derecho luxemburgués, entre aquellos que consiguen un patrimonio más alto. Magallanes Value Investors, la gestora fundada por Iván Martín, también ofrece Magallanes V.I. UCITS Iberian Equity R a sus partícipes (además del mismo fondo con DNI español, Magallanes Iberian Equity R), en el que la comisión de gestión es del 1,75% mientras que el total de gastos corrientes sube hasta el 1,97%. "La TER en Luxemburgo [una ratio similar a los gastos corrientes cuya diferencia es que sí incluye la comisión de éxito, si la hubiera] es ligeramente más alta por los mayores costes de depositaría y mantenimiento", explican también en esta gestora. Este fondo es uno en los que se producen menores diferencias entre la comisión de gestión y los gastos corrientes, y ocurre también en Mutuafondo España.

Debe tenerse en cuenta que entre los vehículos analizados no aparece ningún fondo de fondos (es decir, fondos que invierten en otros fondos en lugar de en acciones o en bonos), ya que no hay ninguno de este estilo en la categoría de bolsa española. De lo contrario se observa cómo los gastos corrientes se incrementan en mayor proporción, incide el directivo de una gestora. Los números hablan por sí solos. En España se comercializan alrededor de cien fondos de renta variable de estas características, que cobran una comisión de gestión media del 1,55%. Sin embargo, el coste real para el partícipe cuando se incluyen el resto de gastos se incrementa hasta el 2,51% (casi 1 punto más), según datos de Morningstar.

Pero aún quedan costes 'invisibles'

Pero la fórmula de los gastos corrientes tampoco es perfecta. "El coste total, desgraciadamente, no recoge todos los costes que se le cargan al partícipe. Hay costes invisibles que no figuran expresamente en el coste total, pero que afectan a la rentabilidad del fondo", reflexiona Fernando Luque, editor senior de Morningstar en un artículo recogido en su página web. Se refiere a la comisión de gestión variable (o comisión sobre resultados) y también al coste de transacción que citaba Torre, donde se incluye, entre otros, aquel relacionado con la compra y venta de valores. Para suplir estas deficiencias, Morningstar calcula un dato de coste que agrupa todos los gastos soportados por el partícipe, incluyendo esa comisión de gestión variable y los costes de transacción. Lo llama el coste representativo.

Entre los 25 mayores fondos de bolsa española, Morningstar solo ofrece datos para una veintena de productos. Y de todos ellos, los dos que portan unos costes representativos más altos son Caixabank Bolsa Gestión España Estándar, en el que los gastos representativos anualizados alcanzan el 3,49% (ahí se incluye una comisión de gestión del 2,2%) y Caixabank Bolsa All Caps España Estándar, en el que la diferencia entre ambos conceptos es de 0,7 puntos porcentuales -ver gráfico-.

Estos costes representativos, al incluir los costes de transacción, tienden a ser más elevados cuando mayor es la rotación de la cartera. También la entrada o salida fuerte de dinero obliga a elevar las transacciones del fondo y acaba traduciéndose en gastos más elevados.

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