
La metáfora nunca tuvo tanto sentido. El Ángel Caído de la bolsa española es, sin duda, Telefónica. Y se puede afirmar no solo porque acumule una caída del 17% desde que empezó 2018 y porque cotice en mínimos de 2002. La retribución de su dividendo según lo que se espera que reparta el próximo año supera el 6%, y lo hace tras haber descendido al entorno de los diabólicos 6,66 euros.
Como la inquietante estatua que descansa a 666 metros sobre el nivel del mar en el parque del Retiro de Madrid, Telefónica tiene una estrecha relación con la marca de la bestia. En este nivel, su retribución, según los 0,41 euros por acción que el consenso de analistas que reúne FactSet espera que entregue en 2019, se eleva por encima del 6%.
El próximo pago de Telefónica está comprometido para el 20 de diciembre, y es de 0,20 euros por título, lo que supone una rentabilidad del 3%. Las fuertes caídas que sufren los títulos de la teleco española han favorecido esta situación extraordinaria, que continúa en 2020, para cuando se estima que repartirá 0,42 euros por acción, aunque los motivos que las han originado preocupan, y mucho, en mercado y ya están deteriorando las estimaciones de los analistas.
La depreciación de las divisas en los mercados emergentes en los que está presente Telefónica -Argentina, Brasil o México- y la mayor competencia en España -especialmente por "el crecimiento de MásMóvil", según observa JP Morgan- han llevado al conjunto de analistas que cubren a la teleco española a rebajar sus estimaciones de ingresos para este año y para el siguiente por debajo de los 50.000 millones de euros. Desde 2005, la cifra de negocio de la compañía que actualmente preside José María Álvarez-Pallete solo ha sido menor a esta cantidad una vez, en 2015.
Estas previsiones condenan a Telefónica a no cumplir con su propio objetivo de hacer crecer las ventas un 1% este año respecto a 2017. Para ello, tendría que ingresar 52.528 millones, una cifra que, según las mismas estimaciones, no alcanzará en los próximos tres ejercicios.
En lo que va de año, los analistas han rebajado sus previsiones de ventas un 4% para el presente curso y un 4,5% para el próximo, hasta los 49.542 millones y los 49.667 millones, respectivamente. Una tendencia que es similar en el oibda (resultado operativo antes de amortizaciones según la nomenclatura de la propia compañía). El consenso de expertos que sigue su cotización ha recortado su previsión media de ganancias brutas para 2018 un 4,8% desde el primero de enero, desde 16.686 millones de euros hasta 15.922 millones. En 2017, Telefónica elevó su oibda hasta los 16.187 millones de euros. Este recorte implica que la teleco tampoco cumplirá con su meta de expandir su margen operativo 0,5 puntos porcentuales, y apunta, incluso, a una contracción.
Estas peores perspectivas se han trasladado irremediablemente a la bolsa. Desde que el peso argentino comenzó su calvario particular el 1 de mayo, los títulos de la teleco ceden un 20%. En este periodo, que ha coincidido con la escalada de la guerra comercial, otras divisas de las que depende Telefónica han sufrido las consecuencias y el contagio de las tensiones que sufren las economías emergentes. Es el caso del real brasileño -en el que genera casi un 25% de su facturación y que se deprecia un 13% frente al euro desde el 1 de mayo- y del peso mexicano -que representa un 2,6% de sus ingresos y que cede cerca de un 3% desde agosto-.
Una oportunidad de compra
Este contexto puede verse como una oportunidad de inversión si se cree en el dividendo y si, como indica JP Morgan, Telefónica "logra aflorar valor con la venta de algunos de los activos" de los que ha intentado deshacerse recientemente para reducir deuda, su gran lastre de los últimos años. La teleco volvió a ser seleccionada por el mayor consenso de analistas del mercado español en la última revisión del Eco10 -el índice de ideas de calidad de elEconomista- y tiene por delante un potencial del 40% para los analistas que reúne Bloomberg.