Medios - Comunicación

Pimco bloquea a Prisa la refinanciación de 830 millones y fuerza la venta de Santillana

  • El grupo tendrá que desinvertir o realizar una ampliación para reducir el apalancamiento
  • La dueña de 'El País' cree que podría obtener hasta 800 millones por el negocio editorial
Joseph Oughourlian, presidente del Grupo Prisa

Pimco se planta y deja en vía muerta la refinanciación de Prisa. La editora de El País y la Cadena Ser contrató a Rothschild para renegociar con la gestora y tratar de rebajar el coste de su deuda, que se eleva a 830 millones de euros. Sin embargo, y después de meses de negociaciones, el acuerdo parece cada vez más lejano, según confirman fuentes próximas al proceso. Ante ello, la empresa se empieza a plantear ya que solo le quedan dos opciones posibles: la venta de Santillana o una nueva ampliación de capital, que en este momento parece muy complicada de llevar a cabo.

Prisa cerró el primer semestre del ejercicio con un ratio de deuda neta sobre ebitda de 4,2 veces, lo que, aunque supone una mejora de 0,1 veces respecto a diciembre de 2023, está ahogando a la editora por los altos costes financieros que soporta. Tan solo entre enero y junio, tuvo que pagar así unos gastos por los intereses de la financiación de más de 43 millones de euros. La deuda de Prisa sigue estando considerada además como bono basura, situándose muy lejos del grado de inversión o investment grade Pimco, propiedad de Allianz, se niega a rebajar los intereses, que llegan casi al 10%.

Hace cuatro años, en octubre de 2020, Prisa acordó ya la venta del negocio de educación de Santillana España a la finlandesa Sanoma por 465 millones de euros. El grupo sigue siendo propietario, no obstante, del negocio en Latinoamérica, que le reportó el año pasado un ebitda (resultado bruto operativo) de 135 millones de euros, lo que supone no solo un 40% más que el año anterior sino que implica elevar además el margen hasta el 26,2%. Frente a las dificultades del resto del grupo, y pese a la ralentización del primer semestre de este ejercicio, el negocio de educación sigue comportándose de forma positiva.

Santillana alcanzó en 2023 unos ingresos de 515 millones de euros, un 15% más que a cierre de 2022, y se consolidó como la gran joya de la corona de la compañía. Joseph Oughourlian, presidente del Grupo Prisa y propietario del 29% del capital, se ha negado hasta ahora a llevar a cabo la desinversión debido a la gran generación de caja de Santillana. Es una operación que defiende el grupo de accionistas españoles próximos al Gobierno y que encabeza José Manuel Contreras, el director de Contenidos, con una participación conjunta del 17,5%. Además de Contreras, en este grupo está Global Alconaba, una firma liderada por Andrés Varela, fundador de Globomedia junto a Contreras, con un 7% del capital; Adolfo Utor, dueño de Balearia, que tiene otro 5,4%, y Diego Prieto, fundador y presidente del Grupo SSG, compañía dedicada al transporte sanitario, que tiene un 3,1%.

Pese al peso de la deuda, Prisa está centrando también todos sus esfuerzos ahora en el lanzamiento de su nuevo canal de televisión, al que se empieza a conocer ya en el sector como La Séptima. De hecho, ya ha comenzado a realizar algún movimiento de sillas con el nombramiento de María Jesús Espinosa de los Monteros como nueva directora de LACOproductora, con la finalidad de que Contreras centre sus responsabilidades solo en la dirección de los contenidos del grupo. La idea inicial, tal y como adelantó este periódico, pasaba por desprenderse de Santillana para poder financiar la puesta en marcha del canal. Sin embargo, si al final esta no se lleva a cabo, otra de las opciones pasaría por la búsqueda de posibles socios en Latinoamérica, tal y como Contreras ya hizo en el pasado en La Sexta con la incorporación de Televisa. Entre estos socios estaría, por ejemplo, el grupo argentino Índalo, que posee activos valorados en más de 1.000 millones de euros, y el colombiano Caracol.

Un coste de 40 millones

Ahora bien, independientemente de cómo se financie la nueva televisión y de que sea más o menos sostenible para Prisa –se estima un coste de unos 40 millones de euros anuales–, no será hasta principios del próximo año cuando el Ejecutivo de Pedro Sánchez cuente con el plácet de Bruselas para el lanzamiento de la licitación de TDT. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) reclamó hace ya unos días supervisar el concurso y advirtió de los riesgos del proceso. Lo que sí es bien sabido es que La Séptima tratará de ser una plataforma mediática orientada a tertulias políticas con reconocidas personalidades televisivas, entre ellas, cercanas a la Cadena Ser y Televisión Española, para crear una alternativa próxima al Gobierno de Pedro Sánchez. El nuevo canal televisivo podría aterrizar en parrilla de cara a septiembre.

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