Medios - Comunicación

Así es la Mediapro 'postRoures': menos fútbol, más internacional, pero aún con muchos retos

  • Moody's advierte en un reciente informe de que la rentabilidad todavía es modesta tras las amortizaciones pese al recorte de la deuda 
  • La empresa mira a América y crece en la prestación de servicios audiovisuales para terceros 
Edificio de Mediapro. EE
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La estrepitosa salida de Jaume Roures de Mediapro, la empresa que fundó junto a su socio Tatxo Benet hace tres décadas, supuso un punto final a una era en la que la empresa pasó a convertirse en uno de los principales actores en el segmento de los derechos de televisión. Más por el simbolismo del adiós que por el negocio, pues la organización se afanó a aclarar que no había "ni el más mínimo cambio en el proyecto". Sin embargo, la Mediapro de 2023 presenta muchos cambios frente a la que era antes de la pandemia: la dependencia del fútbol es menor y los ojos miran ahora al continente americano. Eso sí, la firma sigue lejos de los niveles de ventas de 2019 y no se espera que recupere un flujo de caja positivo hasta el año que viene.

En un reciente informe, Moody's hace una radiografía financiera de Mediapro. La agencia de calificación dibuja una compañía más rentable que antes de la pandemia, con márgenes que rondan o superan el 10%. Sin embargo, una cosa es el Ebitda y otra cosa es el resultado final. Y aquí la firma catalana todavía presenta "métricas de rentabilidad modestas tras las amortizaciones y depreciaciones".

Así, se espera que la empresa cierre 2023 con un resultado operativo de 153 millones y se espera que alcance los 219 millones en 2024 (ver gráfico) gracias a las inversiones en competiciones internacionales como la Eurocopa. En cambio, el flujo de caja será de –13 millones este ejercicio (es negativo desde 2019) y solo volverá a números negros en 2024 (+74 millones).

Mientras, las ventas sí que no se recuperaron y los 1.817 millones de 2019 serán 1.268 millones en 2023 y 1.303 millones en 2024. Contactada por elEconomista.es, la organización se limita a decir que "todo indica que se cumplirán los objetivos fijados en el presupuesto".

Más allá de la cuenta de resultados, Jaume Roures deja una Mediapro más diversificada de lo que estaba años atrás. Tanto geográficamente como por áreas de negocio. Aunque el contrato firmado con LaLiga para explotar los derechos internacionales representó el 25% del Ebitda de 2022, por primera vez el peso de los derechos deportivos pesa menos que los servicios audiovisuales prestados a terceros.

"LaLiga es un buen cliente, es evidente, pero no es el único. Nuestro objetivo es seguirlo teniendo, pero esto no nos hace descuidar ampliar nuestros mercados y nuestra cartera de clientes", sostiene. La empresa ha renovado el acuerdo, pero la agencia duda de que pueda extender el contrato más allá de la campaña 2028/2029.

Así, los derechos deportivos han pasado de superar el 50% de las ventas en 2019 a rozar el 30%. La prestación de servicios a terceros friega ahora el 40%. "Es un sector que está en expansión", celebra la empresa. Y ello implica desde unidades móviles a servicios de producción y postproducción, transmisión o, por ejemplo, la explotación del VAR de hasta 17 competiciones de fútbol.

Mediapro mira a Estados Unidos

Mediapro además mira a América a medida que reduce el peso de España en sus balances. El mercado doméstico pasó de ser el 80% a ser el 50% de los ingresos, en gran parte por el fin del contrato de LaLiga en 2019. Mientras, en América se le acumulan los proyectos y deja atrás las multas de la justicia estadounidense del pasado por el pago de sobornos a cambio de derechos de TV. Prepara un centro de producción en Yonkers (Nueva York), nuevos platós en Miami y Buenos Aires y el incremento de la actividad en México, Colombia, Chile y Perú. El negocio internacional de la compañía escaló a doble dígito en los últimos cuatro años.

La compañía se quitó además el año pasado la soga de la deuda tras una inyección de capital de su principal accionista, Orient Hontai, que le permitió escalar hasta el 80% del capital –hoy tiene el 85% tras adquirir el 5% de Roures-. El oxígeno le sirvió para recortar el pasivo desde los 1.136 millones hasta los 552 millones y alargar los vencimientos con un nuevo crédito de 500 millones que, en su mayoría, vence en 2027. Hasta entonces, solo deberá abonar 15 millones en 2024, 25 millones en 2025 y 25 millones en 2026.

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