El precio del petróleo avanza alrededor de un 3% en el caso del West Texas, de referencia en EEUU, hasta la zona de los 60 dólares. El crudo de tipo Brent, de referencia en Europa, avanza un 2,5% y se acerca a los 66 dólares, máximos desde mayo. Tras varias semanas consecutivas de incrementos de las reservas de crudo en EEUU, la Agencia de la Energía ha anunciado que la semana pasada los inventarios cayeron en 12,8 millones de barriles (mbd), mientras que los expertos vaticinaban un descenso de sólo 2,5 mbd.
La volatilidad en el crudo se ha convertido en la tónica ante un contexto geopolítico incierto en el que los choques en el Estrecho de Ormuz (por donde pasan el 30% de las exportaciones de crudo del mundo) amenazan con desembocar en un conflicto militar.
EEUU y Arabia Saudí acusan directamente a Irán de ser el causante de los ataques a barcos en esta zona de Oriente Próximo, mientras que Teherán lo único que ha reconocido es haber derribado un dron espía de EEUU que sobrevolaba sus aguas, lo que estuvo a punto de desencadenar un ataque selectivo de EEUU sobre zonas de Irán.
Esta tensión en una región clave para la producción de petróleo ha ayudado a impulsar los precios desde los 59 dólares, mínimos marcados en junio. La debilidad de la demanda y el riesgo de una guerra comercial total venía lastrando unos precios del petróleo que sólo han logrado rebotar ante el riesgo de un conflicto militar en Oriente Próximo.
Hoy, la fuerte caída de los inventarios en EEUU dan otro impulso al crudo. Este descenso ha sido mayor desde 2016, no obstante hay que tener en cuenta que los inventarios acumulados siguen estando por encima de la media de los últimos cinco años. Una disminución de los inventarios suele ser sinónimo de una mayor fortaleza de la demanda. Sin embargo, esta es la primera caída considerable de las reservas de crudo en las últimas semanas.
