
Chesapeake Energy, el segundo mayor productor de gas natural de Estados Unidos, ha visto como sus acciones han llegado a caer durante la jornada más de un 50% tras los rumores que apuntaban que la compañía podría haber contratado a un bufete de abogados especializados en reestructuraciones de deuda.
Sus títulos, que han llegado a tocar los 1,89 dólares, han interrumpido su cotización hasta ocho veces dadas las importantes pérdidas generadas en los primeros compases de la negociación.
La compañía aseguraba en un comunicado que no tenía intención de cobijarse bajo la protección de las leyes de bancarrota del país y, por el contrario, está intentando maximizar el valor para todos su accionistas. "Kirkland & Ellis LLP ha servido como consejero de Chesapeake desde 2010 y continúa aconsejando a la compañía para fortalecer su balance tras el reciente canje de deuda", rezaba el comunicado. Un mensaje que moderó relativamente el salto al vacío de las acciones de la compañía, que moderaban sus pérdidas hasta el 34%.
Chesapeake cuenta con más de 11.000 millones de dólares en deuda y se ha visto seriamente afectada por la caída en los precios del crudo y el gas. Según Reuters, los bonos con vencimiento el próximo mes de la compañía cayeron 20 puntos, hasta alcanzar los 75 centavos sobre un dólar. La rentabildiad de los bonos con vencimiento en 2017 llegó a sobrepasar el 100%.
La tensión ha contagiado a otras compañías como Williams Companies, cuyas acciones cedían un 34% mientras que las de Transfer Equity se desplomaban un 26%. Esta última se encuentra en el proceso de hacerse con Williams, que a su vez cuenta con Chesapeake como uno de sus mayores socios.
Paul O´Donnell, de IHS Energy, sugería en un análisis que las gasistas y petroleras tendrán que recortar sus inversiones en un 30% adicional para ajustar el gasto con unos niveles más bajos en el flujo de caja.