Los inspectores de Hacienda muestran su apoyo a la Agencia Tributaria tras los "insultos" del despacho Amsterdam

La Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE) defienden su labor impecable e independiente ante las acusaciones del bufete internacional Amsterdam & Partners de perseguir a los contribuyentes para conseguir incentivos económicos.

La organización ha remitido este jueves un comunicado en el que han mostrado su apoyo a la Agencia Tributaria, a las manifestaciones de ayer de la directora general Soledad Fernández sobre las acusaciones a Hacienda y a los funcionarios, tras la batalla abierta por el despacho, que anuncia acciones legales contra el fisco a nivel internacional.

"Es intolerable que unos pocos, por el hecho de querer obtener una fama y una publicidad que de otra forma nunca lograrían, se dirijan a esta institución, que pertenece a todos los españoles, para insultarla" señala la asociación. Y añade que aunque la Agencia Tributaria tiene margen de mejor "es la institución mejor valorada por todos los españoles y en la que confían para poder cumplir con el sistema tributario; goza de un prestigio y una imagen que es objeto de reconocimiento dentro y fuera de nuestras fronteras".

"En la actualidad, los funcionarios de la AEAT se eligen por procesos transparentes y rigurosos por lo que los españoles pueden confiar en que nuestra labor será siempre impecable en este sentido, independiente y sin injerencias de carácter político", dicen.

Los inspectores señalan que no admiten ni toleran el insulto, el desprecio y, sobre todo, el descrédito que están viviendo a través de manifestaciones que faltan gravemente a la verdad, en referencia a las acusaciones por parte del bufete.

Defienden que trabajan inspirados en el máximo nivel de exigencia y que han elegido esa labora porque el servicio al país está por encima de todo. Asimismo, recuerda que la política fiscal no es una cuestión que les corresponda a ellos y, por lo tanto, cualquier crítica dirigida en este sentido hacia su tarea resulta inadmisible, de la misma manera que lo sería una crítica vertida frente a un juez que se limita, porque el imperio de la Ley así se lo exige, a aplicar la norma.