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La renuncia a herencias crece un 23% desde pandemia por el rechazo de los sucesores a recibir deudas

  • Los ciudadanos rechazaron casi 55.000 legados en 2024
Una calculadora sobre varios billetes. | iStock
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La renuncia a herencias crece un 23% desde la pandemia. El Consejo General del Notariado revela que el año pasado se rechazaron 54.837 herencias, frente a las 44.585 renuncias de 2020, año del Covid-19.

El principal motivo para rechazar una herencia es porque llegan con deudas, que pueden ser frente a una entidad bancaria, a la Agencia Tributaria, la Seguridad Social, por una sentencia judicial o por recibir un inmueble con cargas. No obstante, desde el Notariado señalan que no tienen los datos desglosados del tipo de deudas que tienen los bienes.

La cifra de 54.837 rechazos supone una caída del 2,38% frente a 2023, cuando se alcanzó una cifra récord de 56.178 renuncias.

Aunque aún no hay datos definitivos de estas renuncias por CCAA, atendiendo a los del año 2023, Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia son las autonomías que más rechazos protagonizan (el 59% del total), aunque también son las regiones con más habitantes. Las CCAA en las que más creció el rechazo de los bienes heredados fueron Murcia, con un crecimiento de más del 12% de renuncias; navarra, con un alza del 11%; Cataluña y Valencia, ambas con una subida del 5%.

En el lado contrario, Asturias y País Vasco son las regiones en las que más cayó el rechazo a herencias, con una bajada del 10% en 2023, frente al ejercicio anterior.

La fiscalidad de las herencias es otro de los motivos de rechazar estos bienes, aunque se da sobre todo cuando se reciben bienes de familiares más lejanos, ya que la mayoría de CCAA bonifica las sucesiones de familiares cercanos como de padres a hijos. Concretamente, Andalucía, Islas Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Extremadura, Galicia, Madrid, Murcia, La Rioja y la Comunidad Valenciana prácticamente liberan de tributación las herencias entre padres e hijos.

Sin embargo, Asturias y Castilla-La Mancha empiezan a cobrar a partir de los 300.000 euros del valor de la herencia y Cataluña aplica bonificaciones de entre el 20% y el 99% según la base imponible.

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