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Hacienda endurece la inspección a los grupos por las operaciones con sus socios y filiales

  • Vigila que las transacciones se hagan a precio de mercado para evitar que tributen menos
Delegación Especial de la Agencia Tributaria en Madrid. | EP
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La Agencia Tributaria intensifica y endurece las inspecciones a los grupos y a empresas familiares por los precios de transferencia. Es decir, por la cuantía económica a la que hacen operaciones con sus filiales o socios. Los expertos advierten que los ajustes fiscales por estas inspecciones pueden incrementar de forma relevante el pago de impuestos de las compañías y las actuaciones no tienen límites: miran todas las operaciones vinculadas y llegan a entrevistar a empleados y clientes para saber si se pactan precios.

Los precios de transferencia son los importes a los que las empresas realizan las transacciones con sociedades relacionadas, filiales o socios. En estas operaciones entran desde créditos entre compañías, ventas o prestaciones de servicios.

Antonio Puentes, socio del área fiscal de BDO Abogados, indica que los precios de transferencia es uno de los temas estrella en las inspecciones y aparecen cada vez más en los planes anuales de control tributario. Explica que la Agencia Tributaria vigila que estas operaciones se hagan a precio de mercado, es decir, como si la empresa estuviera tratando con un tercero ajeno en vez de con una firma o persona vinculada. Puentes señala que el motivo del férreo control es evitar que las empresas coloquen sus bases imponibles en sitios donde más les convenga fiscalmente.

Por ejemplo, si una matriz española tienen una sociedad en Canarias o Irlanda, zonas con menor fiscalidad, y comienza a realizar más operaciones con estas sociedades o traslada una serie de claves del negocio a estas zonas estaría bajando la tributación efectiva del grupo.

Flavio Sánchez, socio responsable de Precios de Transferencia en BDO Abogados, indica que antes, los típicos ajustes que soportaban las empresas tras la visita de la inspección eran sobre el uso de los coches de empresa o los gastos deducibles y el ajuste en la base imponible era el esperado, sin embargo, en un ajuste por precios de transferencia, el importe puede ser tan elevado que puede llevarse la rentabilidad de la empresa.

Control por los años del Covid

Asimismo, Flavio Sánchez advierte que 2024 traerá muchas inspecciones al respecto porque es cuando prescribe 2020, año del Covid-19 y en el que muchas compañías sufrieron pérdidas. Según el experto, en el caso de grupos con filiales en España, la Agencia Tributaria está siendo muy intensa en cuestionar si las pérdidas deben quedarse en nuestro territorio. "Lo que importa en el fondo es cuánta base fiscal dejas en los países", asevera.

Las empresas que realizan operaciones vinculadas están obligados a informar anualmente a Hacienda a través del modelo 232, que se presenta en noviembre. La importancia de que la información que se da a través de este modelo esté completa y actualizada es clave porque la Administración, una vez le llega la documentación, la mira y empieza a preguntar a las compañías para comprobar si las operaciones se ajustan o no a mercado.

Antonio Puentes señala que la estrategia de las empresas debe ser doble. "Primero, preventiva. La compañía debe tener una documentación de precios de transferencia, que es obligatoria, a disposición de la Agencia Tributaria. También debe cumplimentar una serie de obligaciones de información como el modelo 232, entre otros, y eso les exige que se sienten con sus asesores y hagan una buena estrategia y planificación que cumpla con la legislación, con los estándares internacionales y con la idiosincrasia española", advierte.

Después, añade que, una vez llega la inspección, deben estar legalmente bien apoyadas para resolver la controversia bien en el plano nacional o internacional a través de un procedimiento amistoso entre países o un arbitraje. "Las empresas que hayan hecho el trabajo previo, pueden acabarla razonablemente bien la inspección", indica Puentes.

Finalmente, Sánchez concluye que la sensibilidad a las operaciones vinculadas es mundial, no es solo en España, porque son los grandes grupos los que mueven la economía. Pero en España, asegura, afecta especialmente porque hay mucha empresa familiar.

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