
La Audiencia Provincial de Baleares ha anulado el contrato de adquisición de un coche de segunda mano por tener efectos ocultos que no se habían informado a la compradora. El vendedor tendrá que pagarle la cuantía completa por la que compró el vehículo más los intereses legales. La sentencia es firme y no cabe recurso.
La mujer compró el vehículo por 4.500 euros el 20 de octubre de 2020 y ese mismo día, durante el transporte en ferry, empezó a dar problemas porque se cayeron varias piezas. Un mecánico constató que el tubo de escape y el parachoques estaban sujetos por un alambre. Cuatro días más tarde, el vehículo quedó parado en la carretera y el mecánico detectó otros fallos mayores valorados en 3.745 euros.
La sentencia, del 10 de junio y ponencia del magistrado Antonio Lechón Hernández, señala que desde el primer momento se evidencian defectos del vehículo, lo que "suponía un incumplimiento de la garantía otorgada por la vendedora en cuanto al estado del motor y cuya reparación ascendía a un importe muy elevado en relación al precio de venta".
Estas circunstancias no eran simples desperfectos, sino que imposibilitaban el uso normas del vehículo, y por tanto, resuelve el contrato.
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