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Las firmas caen tras el fin de las ayudas: el 60% de los concursos son sin masa

  • Comienzan a cerrar las famosas empresas 'zombies', anestesiadas por los alivios
Un negocio en liquidaci?n por cierre.

El fin de las ayudas tras la pandemia y de la moratoria concursal, que mantuvo anestesiadas a las compañías con problemas evitando su caída durante los peores momentos de la crisis, ya comienza a reflejar sus efectos en cifras. Las denominadas compañías zombies, aquellas que no eran rentables ni al inicio ni al final de la pandemia, comienzan a caer. El 58,49% de los concursos de acreedores durante el cuarto trimestre fueron sin masa o también conocidos como exprés, según los datos de los Registradores de España. Este tipo de procesos se dan cuando el deudor no tiene activos o aunque los tengan, la liquidación no es suficiente para pagar los gastos del concurso.

Félix Salgado socio del bufete especializado en reestructuración financiera, PradaGayoso, explica a este diario que la mayoría de los concursos son sin masa y se dan porque "hay muchas empresas que sobran". "Las compañías pequeñas que no iban bien en 2020, aguantaron por las ayudas, que fueron un balón de oxígeno que les permitió tirar, pero todo se acaba", apuntan. "Hay muchas empresas que lo que están haciendo ahora es echar el cierre por las buenas. Intentan pagar lo máximo posible a la Agencia Tributaria y a la Seguridad Social, que son los acreedores que más problemas pueden darle, y cierran", añade.

Atendiendo a los datos de los Registradores del cuarto trimestre de 2022, que coincide con los tres primeros meses en los que comenzó a funcionar la nueva ley concursal, entre septiembre y diciembre hubo un total de 5.544 concursos de acreedores, de ellos, 3.243 fueron sin masa. A falta de los datos de este primer trimestre del año, que aún no ha concluido, los expertos vaticinan, que las cifras de concursos exprés continuarán siendo igual de elevadas que en los tres meses anteriores.

Por otro lado, respecto a la nueva ley concursal, Salgado señala que uno de los beneficios de la norma es que busca solucionar la crisis antes de llegar al juzgado, dando tres meses a las compañías para presentar un plan de reestructuración con posibilidad de prorrogarlos a otros tres meses. Sin embargo, a pesar de esta opción, el socio de PradaGayoso advierte que hay "parálisis" en la presentación de concursos de cierto tamaño, a la espera de ver qué pasa con Celsa.

Los acreedores de la compañía presentaron un plan de reestructuración el primer día que entró en vigor la nueva norma y, con el plazo a punto de concluir a final de este mes, aún se desconoce si se va o no a aprobar el plan. Si no hay acuerdo, la ley obliga a presentar el concurso en un mes. "Todos están a la espera de a ver qué pasa con Celsa, si se aprueba el plan de reestructuración, todo el mundo lo va a hacer, si no se aprueba, los jueces están convencidos de que va a haber una lluvia de concursos en los tribunales", dice. Desde su punto de vista, considera que "hay miedo" entre las empresas a los planes de reestructuración, especialmente a que los dueños se queden sin empresa porque tomen el control los acreedores.

Argumento de ello, explica, es la escasa cifra de planes de reestructuración que se están presentado. Aunque aún hay pocos datos, la compañía Informa refleja en su informe sobre procedimientos concursales y disoluciones que, en enero de este año se presentaron tan solo 84 planes de reestructuración. Un volumen que no alcanza ni los dos planes de reestructuración por provincia.

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