
"Se va a crear un Foro español de finanzas sostenibles que aúne al sector público, a la Administración, con el privado, con los supervisores, con las agencias de rating..." para facilitar la implementación de toda la regulación vinculada al Plan Nacional de Finanzas sostenibles. Así lo ha señalado Pablo de Ramón-Laca, director general del Tesoro, en el segundo encuentro anual de Finresp, el Centro de Finanzas Responsables y sostenibles, que se está celebrando en la mañana de este martes en Madrid, y que también se está retransmitiendo online. De Ramón-Laca ha aprovechado para aclarar que la repertura, este jueves, del bono verde del Tesoro, será "por una pequeña cantidad". Consulte más noticias en el portal especializado elEconomista Inversión sostenible y ESG.
El Plan Nacional, ha advertido, "no es tan prescriptivo como algunos temen, no falta regulación, ni iniciativas legislativas que implementar; se trata de coordinar para asegurar una implementación lo menos costosa posible para las entidades, pero de la forma más eficiente y rápida", ha apostillado. "Estamos negociando entre los distintos ministerios un primer borrador y es una negociación fructífera y productiva, pero de la que no puedo revelar mucho más", ha añadido.
"Los bonos verdes permiten conseguir una ventaja financiera frente a otras emisiones", destacó el director general del Tesoro
"Ya en la Declaración de Emergencia climática el Gobierno decidió diseñar este Plan Nacional de Finanzas Sostenibles", que no es más que "el intento de reprogramar el sistema financiero hacia unos objetivos que son de toda la sociedad", ha afirmado el director del Tesoro. De la elaboración de este Plan se encarga un grupo de trabajo específico, que es el mismo que estructuró el bono verde inaugural de España, emitido el pasado septiembre: según señaló De Ramón-Laca, "la base inversora a esta dispuesta a pagar por un bono verde, pero estructurarlo es un trabajo ingente a nivel de coordinación interministerial".
El director general del Tesoro destacó, como ya hizo el pasado noviembre en el marco del I Foro ESG de elEconomista, las ventajas de la deuda verde: "Permite diversificar la base inversora, así como conseguir una ventaja financiera sobre otras emisiones, precisamente porque eso es lo que quiere la base inversora", enfatizó. La colocación del pasado septiembre supuso "un ahorro de entre 2 y 3 puntos básicos respecto a lo que habría sido emitir un 20 años normal", ha explicado. "La greenium -prima verde- en el mercado secundario se está ensanchando hasta los 4 puntos básicos", ha detallado. También ha hecho alusión al motivo por el que esa primera emisión fue de solo 5.000 millones, cuando la demanda era de 60.000. "Fuimos particularmente exigentes con los programas que exigíamos dentro de los Presupuestos Generales del Estado". De Ramón-Laca ha añadido que, aunque el trabajo para realizar este tipo de emisiones es ingente, "una vez emites te das cuenta de que la base inversora es distinta; hay inversores exclusivamente dedicados a estos fondos".
Roldán pide concreción
"Necesitamos menos apóstoles, y más fontaneros, del cambio climático", ha reivindicado, por su parte, José María Roldán, presidente de la Asociación Española de la Banca (AEB) y de Finresp, en el mismo evento. Roldán aludía así a la necesidad de una mayor "concreción" en lo que respecta a las finanzas sostenibles.
"La taxonomía europea ha sido un gran paso, pero sigo echando de menos esa concreción. Necesitamos ir concretando las estrategias". Por otro lado, ha destacado que esta taxonomía tampoco se ha conseguido sin conflictos: "No ha sido un primer paso pacífico", ha afirmado, en alusión a las controversias generadas por la inclusión de la energía nuclear y el gas como energías verdes dentro de esta clasificación de actividades. "Lo que queremos es que sea única, es decir, no queremos que, además de la taxonomía europea, existan subtaxonomías en cada estado, en función de si nos parece bien o no la de la UE", ha advertido.
Roldán ha puesto de manifiesto la tensión que soporta el sector financiero, en la antesala de los test de estrés del BCE, que desde este año ya incluirán cuestiones ambientales: "Tenemos que reconocer esfuerzos y presión que recibe el sector financiero y, permitidme, el bancario. Las pruebas de fuerzo que el BCE va a poner en marcha son tremendamente exigentes teniendo en cuenta que no tenemos una concreción científica de cómo medir muchos de los impactos. Está bien poner el carro por delante de los bueyes, aceptamos que es parte de lo que se requiere, pero también necesitamos un reconocimiento de que lo que se nos están exigiendo es muy potente". El sector financiero, ha añadido "no puede ser el policía del cambio climático; socialmente, es insostenible para nosotros tener este papel". No se va a aceptar por parte de la sociedad "que seamos los ejecutores, tiene que ser el sector público", ha enfatizado.
Ribera: taxonomía "sin aristas"
Por su parte, Teresa Ribera, vicepresidenta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto demográfico, destacó el papel "fundamental" en el proceso de descarbonización de la economía. "Es clave que la agenda verde exija que los inversores vayan incorporando pautas de inversión responsable. Unas finanzas sostenibles en las que se vaya discriminando positivamente en favor de aquello que contribuye en mayor medida a paliar este tipo de riesgos". En este sentido, las entidades están desarrollando estrategias que "cada vez movilizan más recursos", y "cada vez hay mayor apetito por emisiones de deuda verde". Ribera ha apuntado que, en este ámbito, "hemos ido contando con un aprendizaje, gracias a la Plataforma de Finanzas Sostenibles que ha dado lugar a esa taxonomía, a esa lista de recomendaciones del conjunto de actores financieros representado en el grupo asesor de la Comisión Europea para poder marcar, sin lugar a dudas y con total claridad cuáles son las tecnologías que en mayor medida contribuyen" a descarbonizar la economía. "Nosotros, desde el Gobierno, seguimos abogando por una taxonomía sin aristas, por esa recomendación que hizo en su momento la Plataforma de Finanzas sostenibles". Dicha Plataforma se mostró, como también lo ha hecho España, contraria a la inclusión de la energía nuclear y el gas en la taxonomía verde.