Inversión sostenible y ESG

BlackRock: Las compañías con un buen plan ESG cotizarán con una prima de sostenibilidad importante

  • La gestora eleva en un 24% sus encuentros sobre ESG con empresas
  • Está reforzando su equipo para potenciar su 'implicación' como accionista
  • El objetivo de '0 emisiones' ofrece una "oportunidad histórica" de inversión, destacan
Imagen: iStock

Las compañías que "se presenten con una estrategia de largo plazo bien articulada y un plan de largo plazo para abordar esta transición hacia una economía de cero emisiones ante de sus stakeholders (no solo delante de nosotros como accionistas sino de sus clientes, empleados, proveedores...) tendrán una prima de sostenibilidad importante respecto a otras que no la estén abordando", señaló Manuel Gutiérrez-Mellado, responsable de negocio Institucional en España, Portugal y Andorra de BlackRock, este jueves en un seminario online sobre los retos del sector asegurador frente a los riesgos climáticos, organizado por el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA). Más información sobre sostenibilidad en elEconomista Inversión sostenible y ESG.

Por tanto, añadió, "habrá compañías que inspiren, en materia de inversiones, una mayor confianza que otras". Gutiérrez-Mellado considera que el boom de la inversión responsable supone "un cambio tectónico muy importante en la asignación de capitales, ya que los flujos hacia estrategias sostenibles clarísimamente se están acelerando". 

También apuntó el ejecutivo de BlackRock que, para esta gestora, "el diálogo con las empresas es fundamental". "Hemos decidido, para alinearnos con otros inversores y no hacer una guerra independiente en este sentido, que nuestras prioridades estén alineadas con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de Naciones Unidas. Por tanto, proporcionamos una serie de KPI (key performance indicators o indicadores clave de rendimiento) para que las empresas sean conscientes de nuestras expectativas".  

En este sentido, destacó Gutiérrez-Mellado, "estamos reforzando nuestro equipo para poder tener conversaciones más profundas, un mayor engagement con las compañías". "En el primer trimestre de este año", ha especificado, "se ha producido una serie de encuentros muy relevantes, un 24% más de los que se llevaron a cabo en el mismo periodo de 2020, en concreto casi 1.000 reuniones con más de 800 empresas".

"Para nosotros, votar en contra de una decisión, o de un consejero es un fracaso", ha comentado Gutiérrez-Mellado

Más de 700 de esos encuentros giraron en torno a materia ambiental, lo que supone un incremento del 52% respecto al primer trimestre del año anterior; 300 interacciones abordaron cuestiones sociales (un 10% más) y más de 800 tuvieron que ver con aspectos de gobierno corporativo (un 11% más). La mayoría de conversaciones de estos encuentros abarcaban varios temas.    

Respecto a que esas conversaciones con las compañías den o no sus frutos, el ejecutivo de BlackRock comentó: "Para nosotros, votar en contra [de determinadas decisiones empresariales, o de determinados consejeros o directivos en esas compañías] es un fracaso, ya que implica que lo que hemos solicitado desde nuestro punto de vista de accionistas de referencia de esa compañía o no se ha cumplido, o ha estado por debajo de nuestras expectativas". A veces, apuntó, "crea cierta ansiedad" que un inversor del peso de BlackRock vote en contra de determinadas propuestas, pero "somos absolutamente transparentes; todos los años presentamos una serie de prioridades a la hora de establecer esas conversaciones con las empresas, y no solamente se lo comunicamos a ellas, sino también a nuestros accionistas, a nuestros clientes, a los medios... para que a través de nuestra web puedan entender cuáles son esas prioridades que tenemos a la hora de hablar con las empresas". Éstas se resumen en 2: en primer lugar, el papel del consejo de administración y su eficiencia a la hora de acompañar a los directivos en la definición de ese plan estratégicos de largo plazo; y, en segundo lugar, cómo se está adaptando la empresa desde un punto de vista de sostenibilidad, tanto en el pilar ambiental, como el social y el de gobernanza.   

También hizo alusión Gutiérrez-Mellado a la carta anual que envía Larry Flink, CEO de BlackRock, que en 2021 ha llamado la atención por los compromisos de la entidad con las emisiones cero, y por la advertencia de que el riesgo climático es un riesgo de inversión. "Lo que ocurre es que en este entorno hay dos formas de ver las cosas: puedes decidir que el vaso está medio lleno o medio vacío, y desde nuestro punto de vista esta transición hacia una economía de cero emisiones netas en un futuro más cercano que lejano presenta una oportunidad histórica de inversión".  

Por su parte, Iñaki Lerga, director de responsabilidad corporativa de Axa, explicó que en 2019, después de la firma del Acuerdo de París, esta aseguradora lanzó su nueva estrategia climática que reforzaba los avances anteriores, con el objetivo de que el potencial calentamiento generado por sus inversiones se sitúe en 1,5 grados. Según explicó Lerga, "esto solo se consigue si existe una alianza, unos compromisos globales; de ahí que estemos dentro de la alianza Net Zero de gestión de activos, y próximamente, en noviembre, en la COP 26 en Glasgow, se pondrá en marcha la Alianza de Suscripción de Seguros, que es un paso más dentro de este compromiso", señaló. 

En el evento se ha presentado un informe con recomendaciones para que las aseguradoras sean más resilientes al cambio climático. Una de las principales conclusiones es que las empresas del sector deben restringir sus actividades de inversión en compañías que desempeñan actividades intensivas en carbono y que están expuestas a riesgos de transición. El informe reserva un apartado específico para Mapfre, a la que recomienda "eliminar las excepciones a su compromiso de no asegurar nuevos proyectos vinculados al carbón térmico" y "no asegurar a las compañías de carbón o de arenas bituminosas que no están implementando una estrategia de descarbonización compatible con los objetivos del Acuerdo de París". Tampoco debe "asegurar nuevos proyectos de gas o petróleo, ni a aquellas compañías que tienen previsto el desarrollo de aquellos proyectos", y "desinvertir inmediatamente sus activos y los que gestiona de terceras partes, en las compañías de carbón y de arenas bituminosas", además de "no renovar la deuda corporativa en aquellas empresas después de su vencimiento".

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