Es el producto estrella de la jubilación, pero varios estudios muestran que muchos de los que ya tienen un plan de pensiones en cartera desconocen sus principales características, como las comisiones que cobra o las ventajas fiscales que ofrece.
Es el producto estrella de cada Navidad en lo que a ahorro se refiere pero varios estudios que se han publicado últimamente han puesto de manifiesto que son muchos los inversores que desconocen las principales características de sus planes de pensiones incluso aunque ya los tengan en cartera. Uno de esos estudios es el que ha realizado ING Direct. En él se afirma que el 37 por ciento de los que ya tienen un plan de pensiones piensa que estos no tienen comisiones, el 12 por ciento no sabe que puede rescatar su plan pasados de 10 años y el 30 por ciento desconoce qué tipo de plan tiene contratado. Cifras cuanto menos preocupantes teniendo en cuenta que el plan de pensiones se erige como la gran solución para complementar la pensión pública en un futuro.
Cuatro son los aspectos clave que todo inversor debe conocer antes de invertir en un plan de pensiones: rentabilidad, comisiones, liquidez, y fiscalidad. Pero antes de entrar en detalle en cada uno de estos puntos conviene explicar primero qué tipos de planes de pensiones hay en España. El primero es el plan de empleo o lo que es lo mismo el que la empresa pone a disposición de sus trabajadores en los que las aportaciones las realizan tanto los empleados como la empresa; el segundo es el plan asociado promovido normalmente por asociaciones, sindicatos, gremios o colectivos en el que las aportaciones corren a cargo del asociado; y el tercero, es el plan de pensiones individual, el que contrata con el banco o la aseguradora y el que ahora copa un puesto protagonista en cualquier escaparate de oficina bancaria .
Rentabilidad y comisiones
En este último se centra esta Escuela de Inmersión a Fondo. En total a día de hoy el ahorrador tiene a su disposición más de 1.000 planes de pensiones distribuidos -en orden de menor a mayor riesgo- en productos garantizados, de renta fija, mixtos y renta variable. La rentabilidad mínima que el ahorrador ha de exigir a sus planes de pensiones independientemente del riesgo que asuma es siempre la misma: batir a la inflación a largo plazo, que es cuando hay que analizar las rentabilidades de los planes de pensiones. La pena es que de los 900 planes de pensiones que cuentan con al menos 10 años de vida solo 505, el 56 por ciento del total, consigue ese objetivo. Muchas son las líneas que se escriben, más en estas fechas, sobre qué plan le conviene a cada ahorrador. Ahí no solo influye la aversión al riesgo que uno tenga, es decir, cuánto esté dispuesto a perder, sino también la edad del inversor cuando contrata un producto de este tipo. "Una persona joven podrá adoptar mucho más riesgo en planes de renta variable para obtener una mejor rentabilidad a largo plazo e ir trasladando, con el paso del tiempo, su cartera a posiciones más conservadoras", afirman desde EFPA. Desde Deutsche Bank dan incluso porcentajes de inversión recomendados. Por ejemplo, recomienda a los menores de 45 años invertir el 100 por cien en renta variable; de 45 a 50 años, el 60 por ciento en renta variable y el 40 por ciento en renta fija; de 50 a 55 años, el 45 por ciento en renta variable y 55 por ciento de renta fija; de 55 a 60 años: 25 por ciento de renta variable y 75 por ciento de renta fija y a partir de 60, todo en renta fija y monetarios.
Sin embargo, la realidad es que la mayoría del ahorro en pensiones sigue en productos conservadores -el 48 por ciento está en planes de renta fija o garantizados según datos de Inverco-. En todo caso, en la rentabilidad de un plan, además de la evolución del mercado donde invierte, también influye la comisión que tenga, lo que se le paga a la gestora por gestionar el dinero, ya que se calcula sobre el patrimonio. Aunque debería ser mayor a medida que lo es el riesgo del plan, en el año 2014, cuando el Gobierno del PP redujo las comisiones máximas legales de gestión hasta el 2 por ciento y de depósito hasta el 0,5 por ciento, se olvidó de establecer las comisiones máximas en función del mercado donde se invierte, una histórica reivindicación de la industria. Esto explica que aún hoy haya planes, sobre todo de renta fija, que cobran más de lo que pueden ganar según la expectativa de rentabilidad de su mercado- para la renta fija la expectativa de rentabilidad para el año que viene es del 0,75 por ciento- por lo que aumenta la posibilidad de que el inversor acumule pérdidas y no ganancias.
La fiscalidad, su gran ventaja
Pero la rentabilidad o las comisiones nos son los criterios que impulsan a la contratación de un plan de pensiones. Ahí, la fiscalidad es la clave ya que hay que recordar que el plan de pensiones es el único producto, junto con el Plan de Previsión Asegurado, que permite deducciones fiscales en las aportaciones, aunque el 77 por ciento de los que tienen contratado un plan de pensiones desconozca cuánto se ahorran por este concepto, según ING Direct. En todo caso, los inversores han de saber que los primeros 8.000 euros anuales que se aporten al plan de pensiones contarán con deducciones fiscales. El pero llega en el momento de rescate ya que estos tributan como rentas de trabajo -con el IRPF actual, del 19 al 45 por ciento- aunque el PP llevaba en su programa que los rescates tributaran como renta del capital -con los tipos de 2016, del 19 al 23 por ciento-.Sin embargo, ojo, porque los planes de pensiones no tienen liquidez diaria. Es decir, no se pueden rescatar cuando uno quiera sino en situaciones de de enfermedad grave, desempleo de larga duración, desahucio, dependendencia y jubilación. Así ha sido hasta ahora al menos ya que en 2014 el Gobierno aprobó una cierta flexibilidad en los tiempos ya que ahora se podrá disponer de los derechos consolidados de las aportaciones a medida que éstas vayan teniendo 10 años de antigüedad.