
Al término del encuentro mantenido el miércoles entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de la Comisión Europea, Jeanc Claude Juncker, se dieron los primeros pasos para reducir las presiones arancelarias entre Washington y Bruselas. Según adelantó la agencia Dow Jones, citando fuentes europeas, el bloque se comprometió a aumentar las importaciones de gas natural licuado estadounidense así como de soja. Como parte de las conversaciones, también se habló de rebajar los aranceles industriales y alinear los estándares regulatorios europeos sobre productos médicos con los estadounidenses.
Nada más conocerse este acercamiento, la renta variable estadounidense experimentó un importante rebote, con el Dow Jones llegando a sumar 168 puntos después de haber arrancado la jornada con ventas de casi triple dígito.
The United States and the European Union have a $1 TRILLION bilateral trade relationship – the largest economic relationship in the world. We want to further strengthen this trade relationship to the benefit of all American and European citizens... pic.twitter.com/4zlmEEtCpG
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 25 de julio de 2018
En el comunicado conjunto posterior al acuerdo se plantean como compromisos el promover un escenario de "cero aranceles, cero barreras no arancelarias y cero subsidios" en productos industriales distintos a los automóviles, una mayor cooperación en materia energética y una alianza para luchar contra las "prácticas comerciales desleales" en todo el mundo mediante la reforma de la OMC.
En las declaraciones previas a la reunión, Juncker ha hecho hincapié en que la UE y EEUU son "compañeros cercanos, aliados, no enemigos", por lo que deben centrarse "en reducir aranceles, no en incrementarlos".
Trump ha dado la bienvenida a Juncker --a quien ha calificado como una persona "inteligente" y "dura", que representa "bien" a su gente-- y ha manifestado que su intención es que la UE y Estados Unidos tenga un acuerdo comercial "justo".
"Estados Unidos ha perdido durante años cientos de miles de millones con la UE y sólo queremos tener igualdad de condiciones para nuestros agricultores, fabricantes y para todos", ha afirmado Trump.
En este sentido, Trump mantuvo su argumento de los últimos meses de que lo que busca es un acuerdo comercial "recíproco". De hecho, ha afirmado que su país estaría "extremadamente complacido" si no hubiera "aranceles, ni barreras, ni subsidios", para quejarse después de que los aranceles de la UE a los productos estadounidenses y las ayudas a los productores europeos son demasiado altos.
Aunque el alto funcionario europeo no llegó con propuestas concretas, sí llevó consigo una serie de sugerencias. Una de ellas implicaba la negociación de un acuerdo "plurilateral" entre EEUU, la UE, Japón, Corea del Sur y otros países con amplia producción de automóviles.
El objetivo residiría en eliminar los aranceles sobre los coches y autopartes. Al mismo tiempo se presionaría a otros países a rebajar gravámenes y se evitarían las consecuencias de un contexto en el que sólo Bruselas y Washington eliminasen aranceles sobre la industria automotriz. Según explicó Politico, citando funcionarios europeos, muchas naciones podrían beneficiarse de esta situación bajo el principio de nación más favorecida de la regulación de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Otra de las opciones que el presidente de la Comisión puso sobre la mesa fue la posibilidad de trabajar en un tratado de libre comercio entre EEUU y la UE limitado a eliminar aranceles industriales. En este caso ambos socios podrían eliminar los gravámenes sobre las exportaciones de automóviles pero no estarían obligados a proporcionar el mismo trato a otros países. Ello ocurriría si el acuerdo entre ambas partes es lo suficientemente amplio como para cumplir con los requisitos de la OMC de cubrir sustancialmente todo el comercio que existe a día de hoy entre Washington y Bruselas.
Hasta la fecha, como respuesta a los aranceles del 25% y el 10% respectivamente al acero y al aluminio que entraron en vigor el pasado 1 de junio, la UE ha impuesto sus propios gravámenes sobre las importaciones de bienes estadounidenses por valor aproximado de 2.800 millones de euros, incluidos productos como el bourbon o las motocicletas Harley Davidson que se fabrican en algunos de los distritos electorales que respaldaron a Trump en las elecciones presidenciales de 2016.