Los resultados del referéndum en Turquía sobre la reforma constitucional que propuso el presidente Recep Tayyip Erdogan, y con la que pretende aumentar sus poderes, no han gustado en la Unión Europea. El 'sí' hace que la figura de Erdogan acumule prácticamente los mismos poderes que un dictador, lo que iría en contra de los principios de la alianza y complica la adhesión de Turquía. Tanto los altos representantes de la UE como los miembros del Parlamento Europeo han mostrado su preocupación y algunos han planteado incluso la posibilidad de parar las negociaciones. Alemania y Austria han sido los últimos en sumarse a esta postura.
Jean-Claude Juncker, Federica Mogherini y Johannes Hahn -el presidente de la Comisión Europea, la Alta Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE y el Comisario para la Política Europea de Vecindad y Negociaciones de Ampliación, respectivamente- advirtieron este domingo en un comunicado conjunto que las enmiendas constitucionales y su aplicación práctica deberán ser evaluadas "a la luz de las obligaciones de Turquía como país candidato a la Unión Europea y como miembro del Consejo de Europa".
Por otro lado, también después de conocer los resultados del referéndum, los grupos mayoritarios en el Parlamento Europeo expresaron su preocupación. Algunas formaciones pidieron incluso que la Unión Europea suspenda las negociaciones de ampliación con Ankara.
"Estamos profundamente preocupados por el resultado del referendo. El presidente Erdogan está dividiendo al país", dijo el líder del grupo del Partido Popular Europeo en la Eurocámara, Manfred Weber. En el mismo sentido se expresó el portavoz del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en la Eurocámara, Ramón Jáuregui, o la vicepresidenta de los socialdemócratas en el Parlamento Europeo, Elena Valenciano, al indicar ambos que Erdogan estaba "dividiendo al país".
Más allá fue el presidente de los liberales (ALDE) en la Eurocámara, Guy Verhofstadt, para quien el resultado de la consulta fue "muy justo" y señaló que la UE "debería detener" las negociaciones de acceso de Turquía al club comunitario "si Erdogan persiste".
Alemania y Austria pide acabar con la negociación
En una reacción más reciente, los políticos alemanes y los austriacos han abogado este lunes por acabar con las negociaciones de adhesión de Turquía a la Unión Europea. "La membresía ya no puede ser un objetivo", ha dicho Manfred Weber, líder de la Unión Social Cristiana (CSU), aliado bávaro de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller alemana, Angela Merkel, en declaraciones a la televisión germana ZDF.
Por su parte, Sahra Wagenknecht y Cem Oezdemir, dirigentes del Partido de Izquierda y de los Verdes han reclamado la retirada inmediata de los soldados alemanes de la base aérea de Incirlik, en Turquía, donde participan en la operación internacional contra el Estado Islámico.
El ministro austríaco de Exteriores, Sebastian Kurz, ha instado a la UE a que ponga fin a las negociaciones de adhesión de Turquía al considerar que la reforma constitucional aleja al país euroasiático de los principios comunitarios.
"Es una clara señal contra la Unión Europea (UE)", ha dicho Kurz a la radio pública austríaca ORF. Aunque reconoció que casi la mitad de la población dijo 'No', ha considerado que la ajustada victoria significa que Turquía continuará alejándose de los principios del Estado de derecho y de la democracia.
Por eso, el jefe de la diplomacia austríaca dijo esperar "una clara reacción" de la UE y un cambio en la postura de aquellos socios que defienden la continuación del proceso de adhesión de Ankara. "Hay que ser de una vez honestos en cuanto a la relación entre la UE y Turquía. El tiempo de andar con rodeos tiene que terminar", afirmó el ministro, para quien las negociaciones en curso, que están de hecho prácticamente congeladas, son una "ficción". "Turquía no puede convertirse en miembro" de la UE, sentenció.
En lugar de negociar un ingreso, Kurz abogó por pactar un "acuerdo de vecindad" con Ankara, que establezca "reglas claras" en los aspectos en los que es necesaria la cooperación.
A pesar de las críticas a la reforma, el Gobierno de Turquía ha iniciado este mismo lunes los trabajos para armonizar la legislación con la nueva Constitución, que quedarán completados en un año. Además, el viceprimer ministro, Nurettin Canikli, ha revelado se podría prorrogar una vez más el estado de emergencia declarado a raíz del fallido golpe de Estado del 15 de julio, tras el triunfo del 'sí' en el referéndum.
El 'sí' a la modificación de la Carta Magna se ha impuesto por un 51%, según los primeros resultados. La oposición ha anunciado que pedirá el recuento de al menos el 60% de los votos emitidos. Los observadores denuncian irregularidades.